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Hallada muerta la cría de foca monje llamada Afrodita frente a la costa de Pafos, Chipre

Afrodita, una cría de foca monje de 5 meses de edad, fue hallada muerta esta mañana frente a la costa Pafos, Chipre. El nacimiento de la pequeña foca el 5 diciembre de 2018 en la bahía de Akamas, había creado un clima de euforia en el Departamento de Pesca y daba un necesitado soplo de esperanza.

Pero 5 meses después, un grupo de pescadores reportaba a las autoridades la triste noticia.

Se espera que la necropsia, que llevarán a cabo expertos del Servicio de Veterinarios de Chipre juntamente con el Departamento de Pesca, determine la causa de la muerte.

La necropsia esclarecerá las condiciones que llevaron a la muerte de la pequeña Afrodita, aunque todo parece sospechar que murió asfixiada al quedarse enredada en una red de pesca.

Con el nacimiento de Afrodita, la población de focas monje en aguas de Chipre subía a 14 individuos. Hoy quedan de nuevo 13 viviendo en las cuevas marinas de Peyia.

Afrodita, nadando junto a su madre el 5 de abril 2019, un mes y medio antes de producirse el fatal desenlace. Creditos: Ministerio de Agricultura de Chipre

 

La foca monje del Mediterráneo (Monachus monachus), es el mamífero marino más amenazado de Europa y está protegido por el Convenio de Barcelona para la protección del Mar Mediterráneo, el Anexo II de la Convención de Berna, el Convenio sobre la Diversidad Biológica y los Anexos I y II del Convenio de Bonn así como por el Apéndice I de la CITES. La especie también está incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especie amenazada de extinción.

Se estima que su población total en el Mediterráneo es de menos de 600 individuos y de éstos entre 350 y 400 viven en las costas de Turquía y Grecia. La interacción con las artes de pesca es una causa muy común de mortalidad en las focas adultas. Los pescadores y los operadores de piscifactoría usan luces, generan ruido y realizan disparos al aire y exclusión física para alejar a las focas de los corrales y redes.

Mitigar las interacciones negativas entre pescadores y focas y la protección de su hábitat son las principales prioridades para proteger a la foca monje. Además, la investigación científica y los programas de monitorización junto con las campañas de sensibilización pública son vitales para proteger a la población.

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