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Estudio revela cómo los aparejos de pesca pueden provocar la muerte lenta de ballenas

Estudio revela cómo los aparejos de pesca pueden provocar la muerte lenta de ballenas

Usando un dispositivo “de vigilancia de paciente” sujeto a una ballena enredada en un aparejo de pesca, los científicos han mostrado por primera vez como los palangres alteraban los patrones de inmersión y comportamiento de una ballena al nadar. La monitorización reveló como el aparejo de pesca impide a las ballenas comer y migrar, agota su energía al tener que arrastrar el aparejo durante meses o años, pudiendo resultar en una muerte lenta.

Los científicos adhirieron un dispositivo del tamaño de un teléfono móvil llamado Dtag a una ballena franca glacial de dos años llamada Eg 3911. El Dtag, desarrollado por la Institución Oceanográfica de Woods Hole (WHOI), registró los movimientos de Eg 3911 antes, durante y después de las operaciones de desenredo en el mar.

Inmediatamente después de que Eg 3911 fuera liberada de gran parte del aparejo de pesca, nadó más rápido, se sumergió el doble de profundidad y durante periodos más largos de tiempo. El estudio, conducido por WHOI, el Departamento de Recursos Naturales de Georgia, la Comisión para la Conservación de Fauna Silvestre y Pesca y el Servicios de Pesca de la NOAA, ha sido publicado online en la revista Marine Mammal Science.

“El Dtag ha abierto las puertas a un nuevo mundo bajo el agua en la vida de Eg 3911 que de otro modo no hubiéramos podido ver,” dice Julie van der Hoop, autor principal del estudio y estudiante graduado en el Programa Conjunto en Oceanografía  MIT/WHOI .

La caza de ballenas erradicó prácticamente las ballenas francas glaciales y hoy en día siguen amenazadas, con una población de 450 a 500 individuos. Cerca del 75 por ciento tienen cicatrices debido a los palangres que cortan su carne.

Nacida en 2009, Eg 3911 fue la primera ballena enredada y desnutrida avistada el día de Navidad de 2010 por un equipo de reconocimiento, cerca de Jacksonville, Florida. El aparejo de pesca estaba enredado alrededor de la boca de la ballena, envolviendo sus dos aletas pectorales y arrastrando cerca de 100 pies de palangre detrás de su cola.

Debido a la respuesta evasiva de la ballena, los intentos del 29 y 30 de diciembre de 2010 por parte de los equipos a bordo de embarcaciones de cortar el aparejo de pesca resultaron infructuosos. Un equipo multinstitucional lo intentó de nuevo el 15 de enero de 2011. En primer lugar, aplicaron un Dtag, luego, con una pistola disparadardos, le administraron un sedante cuidadosamente calculado proporcionado por Paxarms NZ en colaboración con el Dr. Michael Moore, director del Marine Mammal Center en la WHOI y un veterinario de mamíferos marinos. Una vez apaciguada, la ballena permitió al equipo acercarse y retirar casi todo el aparejo de pesca.

El Dtag midió 152 inmersiones de Eg 3911 que duraron un total de seis horas. No hubo diferencias significantes en la profundidad o duración de las inmersiones después de la sedación pero “la ballena cambió su comportamiento inmediatamente tras ser liberada del aparejo,” informaron los científicos. “La casi total retirada del aparejo enredado en Eg 3911 resultó en un importante incremento en la duración y profundidad de las inmersiones.”

“Los efectos de la flotabilidad añadida, la resistencia y la disminución de la velocidad de nado debido al arrastre del aparejo supone muchas amenazadas para las ballenas enredadas,” escribieron los científicos. El equipo flotante pueden socavar la capacidad de los animales a descender a profundidades para buscar sus presas preferidas. El aumento de la resistencia puede reducir las velocidades de nado, retrasar la llegada a tiempo a sus lugares de alimentación y cría. “Más importante si cabe es el gasto de energía asociada a la resistencia añadida,” dicen.

Para calcular esa resistencia, los científicos, en un experimento separado, arrastraron tres tipos de aparejos de pesca desde un esquife usando tensiómetros para medir las fuerzas de resistencia sobre Eg 3911. Posteriormente calcularon la energia necesaria que tenían que gastar las ballenas para compensar la resistencia. Los resultados: las ballenas enredadas tienen demandas de energía significativamente más altas, requiriendo entre un 70 y un 102 por ciento más de potencia para nadar, otra opción de las ballenas ralentizar su velocidad en un 16 a un 20,5 por ciento.

El estudio proporciona los primeros datos sobre los efectos de la sedación en el comportamiento y el desenredo así como el coste energético de las ballenas en los enredos debido a la resistencia.

El 1 de febrero de 2011 un estudio aéreo de reconocimiento observó a Eg 3911 muerta en el mar.

La necropsia mostró que la causa de la muerte fueron los efectos del enredo crónico.

Fuente

Foto: Florida Fish and Wildlife Conservartion Commission NOAA Research Permit #594-1759

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