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Estudio identifica qué mamíferos marinos están más amenazados por el aumento del tráfico marítimo en el Ártico

En agosto de 2016 se cruzó por primera vez el paso del Noroeste, la ruta del norte que enlaza los océanos Atlántico y Pacífico. Al año siguiente, la ruta marítima del Norte fue navegada por primera vez por un barco no rompehielos, un paso a lo largo de la costa ártica de Rusia que era, hasta hace poco, impenetrable para los barcos comerciales.

En las últimas décadas, varias partes de los mares árticos se han ido quedando sin hielo a finales de verano y principios de otoño. Se prevé que el tráfico marítimo de carácter estacional del sector turístico y mercantes aumente a medida que el hielo siga desvaneciéndose debido al cambio climático. Un estudio conducido por la Universidad de Washington y la Universidad de Alaska Fairbanks es el primero que considera las consecuencias potenciales en los mamíferos marinos que usan esta región durante el otoño e identifica qué especies serán las más vulnerables.

El estudio apareció publicado el 2 de julio en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

“Sabemos de regiones más templadas en que los barcos y las ballenas entran en conflicto, y ahora se prevé que el tráfico se expanda en esta región sensible,” dice la autora principal Donna Hauser, profesora asistente de la Universidad de Alaska Fairbanks. “Puede que incluso sea transitable justo el Polo Norte en cuestión de unas décadas. Esto plantea cuestiones sobre cómo permitir el desarrollo económico a la vez que se protegen las especies marinas árticas.”

El estudio examinó 80 subpoblaciones de los siete mamíferos marinos que viven en el Ártico e identificó sus peligros en o cerca de importantes rutas marítimas en septiembre, un mes cuando el océano Ártico tiene la menor cantidad de hielo.

Se halló que los mamíferos marinos más vulnerables son los narvales. Estos animales migran a través de partes del paso del Noreste hacia y desde sus hábitats de verano.

“Los narvales tienen todas las características para que sean más vulnerables a las perturbaciones provocadas por los barcos – se mantienen en áreas muy específicas, son muy inflexibles con respecto a los lugares donde pasan el verano, viven en aproximadamente un cuarto del ártico y se encuentran en medio de las rutas marítimas,” dice la coautora Kristin Laidre, científica polar del Centro de Ciencia Polar del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad de Washington. “También dependen del sonido y son asustadizos y sensibles a cualquier perturbación.”

También se halló que las belugas y las ballenas boreales son vulnerables, al igual que las morsas dado el tamaño relativamente pequeño de algunas poblaciones y porque viven a lo largo de las rutas marítimas, en comparación a poblaciones más grandes y por lo general más ampliamente distribuidas en el caso de focas anilladas y barbudas, menos vulnerables.

El estudio halló que los animales menos vulnerables eran los osos polares, que se encuentran en tierra durante septiembre y no dependen del sonido submarino para comunicarse o navegar. La navegación en otras estaciones puede tener repercusiones mayores.

El informe también identificó dos “puntos de atrapamiento”, pasos estrechos donde es muy probable que se crucen barcos y mamíferos marinos, como es el caso del Estrecho de Bering, que separa Estados Unidos de Rusia, y el Estrecho de Lancaster al norte del territorio canadiense de Nunavut. Estas regiones tienen un peligro de conflicto entre dos y tres veces mayor que en otras partes de la ruta marítima.

“Las especies migratorias usan estos puntos de atrapamiento obligatorios para entrar y salir del Ártico, pero también son pasos necesarios para los barcos que usan estas rutas marítimas,” dice Hauser. “Identificar los peligros relativos en las regiones árticas y entre los mamíferos marinos puede ser de ayuda a la hora de establecer estrategias para lidiar con los efectos potenciales.”

Atravesar el océano Ártico ya ha comenzado, siendo la ruta rusa la más potencial para los barcos comerciales. La ruta marítima del Norte fue navegada por 200 barcos entre 2011 y 2016, todos barcos grandes. Más de 100 atravesaron el paso del Noroeste durante ese tiempo – más de la mitad barcos pequeños y barcos privados tales como yates.

La Organización Marítima Internacional (OMI) estableció en mayo las primeras directrices internacionales para el tráfico marítimo en el océano Ártico. El código voluntario fue propuesto por Estados Unidos y Rusia para identificar rutas seguras a través del Estrecho de Bering.

Los autores señalan que el nuevo estudio podría ayudar a crear futuras directrices, priorizar distintas medidas para proteger a los mamíferos marinos e identificar áreas que necesitan estudiarse más.

“Creo que podemos aprender mucho de áreas que ya han sufrido este tipo de conflictos entre barcos y poblaciones de mamíferos marinos – por ejemplo, la ballena franca del atlántico norte, o el rorcual y la ballena azul en California,” dice Laidre. “Podríamos desarrollar algunas estrategias de mitigación en el Ártico que ayuden a los barcos a evitar hábitats clave, ajustar el tiempo en que migran los animales, hacer esfuerzos para minimizar el ruido y, en general, ayudar a los barcos a detectar y desviarse de los animales.”

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