Ocean Sentry
(By Bridget Vercoe, The New Zealand Herald) El pasado año, el delfín Baiji de China se declaró extinto. El destino de la ballena gris, la ballena franca, la vaquita y los delfines Maui y Hector de Nueva Zelanda es dudoso. Esto debería ser una severa advertencia para la Comisión Ballenera Internacional sobre cuál es la dirección a tomar.
Sin duda ha llegado el momento de que la comisión se modernice. Si todavía queda alguna esperanza de poder proteger a las poblaciones de ballenas y de delfines, esta modernización debería aventajar el ritmo al que estos mamíferos se están extinguiendo.
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La CBI se creó en 1946 para proteger a las ballenas y regular una industria ballenera descontrolada.
Ha estado dominada por discursos vacíos sobre la caza comercial de ballenas, un tema sobre el que la comisión está profundamente dividida. Pero es obvio para todos que la comisión no puede estar bloqueada en este punto eternamente.
Definitivamente es el momento de un cambio de dirección. Es tiempo de que la comisión haga un giro progresivo y cambie su objetivo de la explotación de delfines y ballenas a su protección y conservación.
En lugar de debatir las virtudes de la caza de ballenas, la CBI necesita redirigir sus fuerzas a incrementar nuestro conocimiento científico de la biología la ecología y el comportamiento de estos magníficos mamíferos.
Las estudios de deberían basar en incrementar nuestra compresión sobre el número de ballenas, sus rutas migratorias, sus habilidades comunicativas, su dinámica social y su cultura.
 
