El león marino australiano (Neophoca cinerea) está en graves problemas. Su población nunca se ha recuperado de los estragos que provocó la caza comercial durante el siglo XIX. Actualmente es una especie amenazada (en la lista de especies en peligro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), con una población estimada de entre 10.000 y 12.000 individuos. Más del 80 por ciento de estos animales vive en las aguas costeras del sudeste de Australia, donde la población se ha visto reducida a más de la mitad durante los últimos 40 años.
Su supervivencia está amenazada por muchos factores, incluida la captura accidental en las artes de pesca (pesca industrial), enredos en los escombros marinos (plásticos) e impactos relacionados con el cambio climático.
Con la presión de una cuenta atrás, la supervivencia del león marino australino depende de un manejo adecuado. Un paso importante es establecer una vía de bajo riesgo para evaluar la salud de la población actual. Los resultados podrían ayudar a detener este descenso.
Una forma común que tienen los científicos de hacerse una idea de la salud de un animal es evaluando su cuerpo usando una medida equivalente al índice de masa corporal (IMC) para los humanos, que se calcula dividiendo los kilogramos de peso por el cuadrado de la estatura (en metros). Pero usar una cinta métrica y una balanza para obtener el tamaño y masa de los leones marinos requiere mucho tiempo, dinero e implica anestesiar a los animales, con el peligro que eso conlleva para su vida.
Los investigadores han desarrollado una técnica para estimar de forma no invasiva la condición corporal de los leones marinos usando un dron para tomar fotografías de alta resolución de leones marinos sedados. Luego, con las fotografías pueden reconstruir digitalmente un modelo 3D de cada animal y estimar su longitud, peso y volumen general y compararlas luego con las mediciones físicas.
La técnica ha sido publicada recientemente en la revista Biological Conservation.
El equipo halló una fuerte correlación entre la masa de un individuo y las mediciones del área y volumen proporcionadas por las imágenes tomadas por el dron, componentes clave necesarios para evaluar la condición de los leones marinos sin tener que interactuar con ellos.
Aunque las mediciones de la condición física tienen limitaciones, estas mediciones son útiles para la conservación porque proporcionan una rápida visión de la salud en todo el rango de la especie.
El lobo marino australiano se reproduce en unos 80 lugares conocidos que abarcan más de 3.000 km del litoral sur australiano dentro del Gran Arrefice Sur de Australia.
La técnica puede usarse para estudiar a los animales en colonias en todo su rango, desde la isla Kangaroo, en Australia del Sur, hasta las islas de Abrolhos, en Australia Occidental, y evaluar diferencias en su condición.
Esto puede proporcionar una información valiosa sobre cómo la salud individual y las tendencias de la colonia en relación a su abundancia están relacionadas. Por ejemplo, si una colonia está disminuyendo y sus individuos tienen una condición física precaria, entonces factores tales como la disponibilidad de alimento y las enfermedades podrían estar provocando ese descenso.
Sin embargo, si no hay diferencias en la condición de los animales entre colonias que dismunyen y otras que aumentan, entonces estos declives pueden deberse a impactos humanos directos, tales como la pesca comercial y enredos en los escombros marinos. Esto permite combatir las amenazas más probables, comprender mejor su impacto y proteger los leones marinos contra ellas.
El león marino australiano es un especie icónica del Gran Arrecife del Sur de Australia. Como importante depredador ápice en estas aguas costeras, son indicadores de la salud del océano. Comprender y mitigar las causas de su declive no sólo ayudará a la recuperación de la especie sino que también ayudará a asegurar que este ecosistema costero único, del que depende este mamígero, se mantenga intacto y funcional.