Desde el 7 de junio, han sido halladas muertas 6 ballenas francas del Atlántico Norte flotando en el Golfo de San Lorenzo, una pérdida que supone más de un 1 por ciento de la población de esta especie amenazada de extinción.
Las ballenas fueron halladas en el área entre la isla Miscou de Nuevo Brunswick, la isla de la Magdalena en Quebec y el norte de las Islas del Príncipe Eduardo (P.E.I).
Aunque con anterioridad se han visto ballenas francas del Atlántico Norte muertas en el área, Tonya Winmer, bióloga marina y directora de la Marine Animal Response Society, dice que esta vez la situación es distinta. La organización sin ánimo de lucro se dedica al recate y estudio de mamíferos marinos.
“Es más parecido a un evento sin precedentes en el sentido en que nunca hemos tenido un incidente como éste que implicara a un número tan elevado de ballenas francas apareciendo muertas en apenas unas semanas,” dice Wimmer.
El Departamento de Pesca y Océanos de Canadá (DFO) estima que la población global de ballena franca del Atlántico Norte es de aproximadamente unas 500. Esto significa que las ballenas halladas muertas suponen un poco más del 1 por ciento de la especie. En este contexto, si el 1 por ciento de los humanos muriera, eso supondría unos 75 millones de personas.
“La pérdida de incluso uno solo animal es enorme en una población tan pequeña. Básicamente, cada animal cuenta,” dice.
Se sabe que dos de las ballenas eran hembras, lo que resulta incluso más devastador para la especie.
“No solo la hemos perdido a ella sino también a todas las crías que podría haber tenido a lo largo de toda su vida,” dice. “Eso significa entre 5 y 10 ballenas.”
Se desconoce la causa de la muerte y no hay hipótesis obvias.
“No hay nada de extraño en ellas. Desde fuera no parece haber nada aparente,” dice.
Cathy Merriman, bióloga de especies en peligro del DFO, dice que no puede extraerse ninguna conclusión de las muertes hasta que se realice la necropsia.
“La única forma de determinar la muerte con certeza, o incluso de descartar determinadas causas, es realizando un minucioso examen forense,” dice Merriman. “Algo increíblemente complejo y desagradable de hacer.”
Merriman dice que realizar la necropsia es una prioridad máxima, dado que la ballena franca del Atlántico Norte es una especie amenazada de extinción. Sin embargo, no hay una fecha límite para la necropsia dado el esfuerzo descomunal que supone. Una de las ballenas tendría que ser arrastrada a la orilla y el mal tiempo no ayuda en la labor.
También hay otras posibles complicaciones.
“La ballena podría simplemente desintegrarse al ser arrastrada durante más de 30 kilómetros. La cola podría romperse y la ballena hundirse,” dice said Marc LeCouffe, director de recursos del DFO.
Dice que el número de ballenas muertas podría aumentar, señalado que se han reportado otros casos, aunque podría tratarse de la misma ballena.