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Photo: Instituto Nacional de Pesquisas da Amazonia (INPA)

El fin de la moratoria de la pesca de piracatinga podría reanudar la caza de delfín rosaceo para usarlo como cebo

Grupos ambientalistas en Brasil temen que la supervivencia del mayor delfín de agua dulce, el delfín rosa del Amazonas (Inia geoffrensis) vuelva a estar en jaque tras el fin de la moratoria de la pesca de piracatinga (Calophycus macropterus) y que volvería a llevar a los pescadores a cazar ilegalmente al mamífero para usar su carne como cebo.

En enero de 2015 entró en vigor una moratoria de 5 años de la pesca y comercialización de piracatinga para impedir la matanza de delfines rosa, tucuxis (Sotalia fluviatilis) y caimanes, cuya carne suelen usar luego como cebo. Esa moratoria acabó el pasado mes y ambientalistas e investigadores como Vera da Silva, que lleva trabajando para preservar el delfín rosa durante 25 años, temen que la supervivencia de este mamífero vuelva a peligrar.

“Nunca dejan de asombrarme”, dice. “Son animales fascinantes,” explica da Silva mientras su equipo usa una red para capturar los delfines para medirlos y liberarlos de nuevo en la Reserva de Desarrollo Sostenible Mamirauá.

“Hoy capturamos a una madre y a su cría y vimos cómo se llamaban entre ellas,” explica. “Mantienen vínculos muy fuertes hasta que la cría se independiza después de 3 años,” explica. 

Al igual que otros delfines, el delfín rosa del Amazonas emite silbidos a través de sus espiráculos para comunicarse bajo el agua.

Lo que los diferencia del resto es una lenta transformación del color de su piel, que pasa de gris a rosa a medida que va alcanzando la edad adulta. El comportamiento y la exposición a la luz solar también influye en los cambios de color, que puede llegar a ser de un rosa brillante.

La reserva Mamirauá, que gestiona el  Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía (INPA), abarca 11.000 km cuadrados de bosque tropical inundado y humedales y se localiza a tres días río arriba del Amazonas por barco desde Manaus, capital del estado de Amazonas.

Para su monitorización, los delfines son llevados a un centro de investigación flotante en la reserva, donde miembros del equipo de da Silva toman muestras de sangre y usan una jeringa para succionar la leche de las madres para un examen posterior.

El periodo de gestación se prolonga durante once meses y la época de nacimientos ocurre durante la temporada de inundaciones. Las crías al nacer pesan 80 kg y la etapa de lactancia se prolonga hasta un año, con intervalos de dos a tres entre cada embarazo.

Eso hace a la especie más vulnerable a la extinción en el caso de que su población sufra descensos. La fiscalía del estado del Amazonas, que pidió la prohibición de la pesquería de piracatinga en 2015, advirtió que cada año los pescadores matan hasta 2.500 delfines rosa para usar su carne como cebo.

Aunque relativamente abundantes, da Silva teme que la especie pueda desaparecer como le ocurrió al baji (Lipotes vexillifer) en China en 2006, tras años de sobrepesca y contaminación.

“No queremos que el delfín se convierta en una leyenda,” dice da Silva.

La pesca de piracatinga es un fenómeno bastante reciente en Sudamérica. A los brasileños nunca les ha gustado la especie por su tendencia carroñera. Usando herramientas moleculares, los científicos han confirmado que un pez ficticio llamado “douradinha”, que se vende en todas partes, desde cadenas de supermercados a mercados ambulantes, es en realidad piracatinga. En Colombia se vende como “capaz”, un pez cuya población ha sido explotada tras años de intensa sobrepesca.

Aunque la pesca de piracatinga empezó a mediados de 1990, los científicos sólo empezaron a advertir el uso de la carne de delfín como cebo en el año 2000. 

Los delfines se enfrentan a muchas otras amenazas, incluida la fragmentación del río Amazonas debido a la construcción de centrales hidroeléctricas, contaminación del río debido a las actividades de minería, crudo y gas y la escorrentía agrícola e industrial. Sin embargo, según da Silva, ninguna de estas amenazas son tan graves como la caza de estos delfines para usarlos como cebo.

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