Un pantalón de chándal, una pelota de golf, unos guantes quirúrgicos, toallas, trozos de plástico y más de 20 bolsas de plástico.
La última comida para una ballena gris en Puget Sound, en el estado de Washington, incluyó mucha basura y lo suficientemente reciente como para indicar que el animal la ingirió poco antes de llegar a la costa de Arroyo Beach para morir más tarde a una milla más al sur.
Tras 20 años de examinar más de 200 cuerpos muertos de ballena, el investigador científico John Calambokidis explica que nunca ha visto tanta basura en el estómago de una ballena. Miembro fundador de la Cascadia Research Collective en Olympia, Calambokidis dice que sigue sin saberse lo que ha causado la muerte de la ballena y que siguen en curso las investigaciones.
‘Simboliza el legado de lo que tenemos en las profundidades,’ explica Calambokidis. El sedimento en el fondo marino de las bahías de Puget Sound está cargado de contaminantes ‘y un animal alimentándose y expuesto a esta clase de escombros también se ve expuesto a estos contaminantes.’
Las ballenas grises se alimentan de crustáceos y otras especies diminutas que obtienen filtrando los sedimentos marinos en aguas costeras adyacentes a la plataforma continental.
Pero esta ballena, un macho de 37 pies, se alimentó en aguas industriales de Puget Sound y tenía buena muestra de ello. ‘Estamos viendo esto como un indicador que lo que hacemos tiene un impacto en otros animales con los que compartimos el planeta,’ señala Calambokidis.
Se cree que la ballena no formaba parte de la pequeña población de ballenas grises que de forma regular frecuenta las aguas de Puget Sound, particularmente en el extremo oeste del Estrecho de Fuca y cerca de la Isla de Whidbey. Los científicos conocen a las ballenas por las distintas marcas.
En su lugar, se cree que la ballena forma parte de las ballenas que actualmente están migrando por la costa de Washington, dirigiéndose hacia el norte desde la zona de cría en Baja California hacia las regiones de alimento en los mares de Bering y Chukchi en el Ártico. La migración, con un recorrido de más de 4.000 millas, está considerada como una de las más largas entre mamíferos. Las ballenas hacen todo el viaje hacia el sur y regresan de nuevo sin comer. Algunos animales emprenden el viaje con poca grasa y se quedan sin reservas a la vuelta, teniéndose que adentrar en Puget Sound para alimentarse de forma ocasional. Sin embargo esta ballena no tenía el aspecto de una ballena demacrada.
Los científicos analizarán su grasa y otros tejidos para determinar si alguna enfermedad ha podido matar a la ballena y si la contaminación ha podido ser un factor.
Rastrear los contaminantes es importante dado que suben por la cadena alimenticia. Cuanto más alta está la cadena de la que se alimenta un animal, más contaminado estará debido a la bioacumulación de toxinas. A diferencia de las ballenas grises que subsisten a base de diminutos crustáceos, la contaminación en las orcas por ejemplo es 10 veces la de las ballenas grises debido a la ingesta de otros mamíferos marinos y pescados .
Las ballenas grises sufrieron una importante mortandad de su población en 1999-2000, con el resultado de 50 ballenas varadas en Puget Sound. Una vez sobrecazada hasta la casi extinción, las ballenas grises lograron recuperarse bajo la protección de la Ley de Especies en Peligro y sacadas de la lista de especies protegidas en 1994. Se estima que hoy en día su población es estable con unas 20.000 ballenas.