Un nuevo estudio sin precedentes ha revelado que el dragado y vertido de sedimentos puede duplicar el riesgo de enfermedades en los corales, desatando nuevamente el temor ante la propuesta de vertido de residuos de dragado de tres millones de metros cúbicos en la Gran Barrera del Coral.
El estudio, conducido por el Instituto australiano de Ciencias Marinas y la Universidad James Cook, ha hallado la primera prueba concreta que relaciona la turbidez del agua y la sedimentación con los elevados niveles de enfermedades en los corales.
El estudio comparó 11 arrecifes y miles de corales cerca de la isla Barrow, frente a la costa de Australia Occidental, donde tuvo lugar un proyecto de dragado de siete millones de metros cúbicos para que los barcos pudieran transportar gas licuado a una planta de procesamiento cercana.
“En los lugares del dragado hallamos más del doble de enfermedades coralinas que en nuestro sitio control”, dice Pollock.
Aunque los científicos sabían desde hace décadas que el dragado puede ablandar los corales, los investigadores dicen que esta es la primera vez que ha sido relacionado con las enfermedades.
“Los corales necesitan luz y alimento para sobrevivir,” dice el científico marino Joe Pollock, que ha liderado el estudio para el ARC Centre of Excellence for Coral Reef Studies del Consejo de Investigaciones australianas.
“Y lamentablemente, las repercusiones del dragado en los corales tiene dos frentes: un aumento de la turbidez significa menos luz para la fotosíntesis mientras que el aumento de los niveles de sedimentos que caen en los corales puede interferir en su capacidad para alimentarse.”
Explica que los corales tienen que gastar mucha más energía para limpiar el sedimento adicional de su superficie depositado por el dragado y que este desequilibrio energético puede llevar a una situación de estrés crónico.
“Al igual que otros organismos, parece que el estrés crónico puede llevar a niveles altos de enfermedades en los corales,” dice.
Añade que hay otros factores que contribuyen a las enfermedades, incluidos el cambio climático, la corona de espinas y los ciclones.
“Añadir un impacto más no hará más que exacerbar los niveles de enfermedad que ya estamos viendo,” añade.
El estudio, publicado en la revista científica PLOS ONE, llega tras la decisión del gobierno australiano en enero de permitir que tres millones cúbicos de desechos de dragado sean depositados en aguas de la Gran Barrera del Coral en el estado de Queensland.
Los conservacionistas advierten que esto podría acelerar la destrucción del arrecife, cuya salud ya es actualmente precaria.
Las enfermedades más comunes que afectan a los corales después de los eventos de dragado son “síndromes de blanqueamiento”, donde los tejidos coralinos tienden a caerse, quedando expuestos los esqueletos blancos del coral.
Añade que la frecuencia de las enfermedades ha aumentado en todo el mundo y que se ha convertido en un factor importante en el descenso coralino global.
Pollock añade que los impactos han sido localizados – la mayoría de los corales afectados se encontraban dentro de los 10 kilómetros (seis millas) del proyecto de dragado.
“Pero en lo referente al tiempo, gran parte de estas enfermedades del coral que hemos visto, especialmente el síndrome del blanqueamiento, pueden ser bastante crónicos… y a largo plazo pueden resultar fatales.”
Ocean Sentry