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A polar bear keeps close to her young along the Beaufort Sea coast in Arctic National Wildlife Refuge. (Susanne Miller/USFWS)

El deshielo en el Ártico amenaza el transporte vital de nutrientes para la vida silvestre

Los mares marginales del océano Ártico se consideran el “vivero” del hielo marino ártico: en invierno, los mares de Barents, Kara, Laptev y Siberia oriental producen hielo marino constantemente gracias a las temperaturas del aire extremadamente bajas de -40ºC. Luego, una corriente transporta este hielo marino joven hacia mar abierto.

La nueva investigación ha suscitado preocupación con respecto al deshielo y sus efectos en la ecología del Ártico, desde las algas a los osos polares.

En el transcurso del invierno, este hielo marino recién formado queda atrapado en la Corriente Transpolar, una de las dos principales corrientes del océano Ártico que transporta el hielo marino desde las aguas poco profundas del litoral ruso hasta las profundidades del Ártico central y hacia el estrecho de Fram, donde finalmente se funde.

Hace dos décadas, cerca de la mitad del hielo procedente de los mares de Rusia hacía este viaje a través del Ártico. Hoy, solo lo hace el 20 por ciento, el 80 por ciento restante se funde antes de poder completar su viaje. El estudio sugiere que la probabilidad de que el hielo que se origina en Rusia sobreviva un año se ha reducido un 15 por ciento por década.

Expertos del Instituto Alfred Wegener de Investigación Polar y Marina llegaron a esta preocupante conclusión tras monitorizar y analizar los movimientos del hielo marino con ayuda de datos por satélite recogidos entre 1998 y 2017.

El estudio, publicado esta semana en la revista Scientific Reports, halló que el deshielo está alterando esta importante corriente. El hielo joven que solía transportar la corriente contenía una variedad de sedimentos y nutrientes, lo que lo convertía en un importante regulador en la biología y química del océano.

En la década de 1990, al menos la mitad del hielo joven que se formaba en los bordes del océano sobrevivía el tiempo suficiente como para moverse por todo el océano Ártico.

Ahora, el hielo que transporta esta corriente se está formando en su mayor parte en mar abierto, es decir, en regiones del océano Ártico alejadas de la costa. En consecuencia, en comparación con el hielo que se formaba en los mares marginales, este hielo contiene muchas menos partículas tales como algas, sedimentos y nutrientes (en zonas de aguas costeras, las olas, los vientos y las mareas tienden a mezclar las aguas con el suelo marino cargándolas de nutrientes). Además, ríos como el Lena y el Yenisel transportan importantes cantidades de minerales y sedimentos a áreas costeras; cuando el agua se congela, éstos quedan atrapados en el hielo.

“Nuestro estudio revela cambios extremos en el Ártico. El derretimiento del hielo marino en el mar de Kara, Laptev y Siberia oriental es actualmente tan rápido y generalizado que la Corriente Transpolar apenas transporta hielo. Ahora, la mayoría del hielo que sigue llegando al estrecho de Fram no se forma en los mares marginales, sino que procede del Ártico central. Estamos viendo como flaquea una importante corriente,” dice el autor principal Thomas Krumpen.

A diferencia del pasado, cuando el hielo marino procedente de los mares marginales transportaba estos minerales hasta el estrecho de Fram, hoy el poco hielo que lleva se derrite liberándolos por el camino hasta el Ártico central, alcanzando el estrecho de Fram con menos material y con una composición distinta.

Como resultado, los científicos están monitorizando meticulosamente el ciclo de vida del hielo marino ártico para mantener un registro sobre cómo está respondiendo al cambio climático.

La disminución del hielo marino ártico también es una gran preocupación para el clima. A medida que desaparece el hielo, queda expuesta más superficie del océano a la radiación solar, haciendo que el agua absorba más calor. Muchos investigadores han sugerido que este proceso podría contribuir a un ciclo de retroalimentación, en el cual cuanto más calor absorbe el océano más deshielo se provoca.

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