Las temperaturas anormalmente altas en el norte de Rusia este invierno han impedido la formación de hielo marino, amenazando la inminente temporada de alumbramiento. Miles de focas oceladas (Pusa hispida) y focas grises (Halichoerus grypus) viven en aguas del golfo de Finlandia y el lago Ladoga, cerca de la ciudad de San Peterburgo, que este invierno ha sufrido temperaturas de más de 10ºC por encima de la media.
Las hembras suelen excavar sus guaridas en la nieve que se acumula sobre el hielo marino para proteger a sus crías del frío y los depredadores.
“Este año, no solo no ha nevado, sino que apenas hay hielo en el mar, y las previsiones indican que no lo habrá hasta febrero, que es cuando las focas dan a luz,” dice Elena Andriyevskaya, fundadora de Friends of the Baltic Seal Foundation.
Como resultado, las hembras se han visto obligadas a buscar refugio cerca de litorales, donde han tenido que lidiar con los estragos del fuerte oleaje y el viento, y donde es probable que tengan que dar a luz si el hielo finalmente no se forma.
La organización publicó un vídeo de una madre buscando refugio en una formación rocosa en el mar, con un comentario que leía: “Estas son las condiciones a las que se enfrentan las focas este invierno.”
Docenas de crías corren peligro de embarrancar en la orilla o ser arrastradas mar adentro si en las próximas semanas sigue sin formarse hielo, dice.
“Si todo sigue como hasta ahora, nos depara una temporada de rescates épica,” dice.
Añade que su ONG tiene capacidad para rescatar cerca de 40 crías en mar abierto.
Las focas oceladas y grises son especies en peligro de extinción en Rusia.
Las temperaturas en San Petersburgo han registrado cuatro veces este enero temperaturas sin precedentes y se prevén las mismas para el resto de la semana.