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El aumento del tráfico marítimo amenaza a la ballena azul en Sri Lanka

A principios de abril, los avistadores de ballenas frente a la costa sur del país fueron sorprendidos por una imagen inquietante: el cuerpo sin vida de una ballena azul de 60 pies (18,3 metros) flotando en el agua a 12 millas de la costa.

El cuerpo se estaba hinchando rápidamente y tenía multitud de peces succionadores sobre la piel. Más perturbador si cabe era el estado de su cola, que había sido prácticamente seccionada del cuerpo.

“Era muy obvio que había sido producido por la hélice de un barco,” decía Mazdak Radjainia, experto en biología estructural y fotógrafo submarino de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, y quien encontró a la ballena. “Dada la magnitud de la herida, debe haber sido una muerte realmente cruel.”

Los investigadores dicen que las colisiones contra embarcaciones son la causa principal de mortandad entre las ballenas en todo el mundo. Muchas pertenecen a poblaciones en peligro de extinción como la frágil población de ballena azul.

El problema es particularmente preocupante en Sri Lanka donde una población no estudiada de ballena azul, posiblemente ascendiendo a unos miles, se ha visto bajo la creciente presión del trafico marítimo comercial y de un auge en las embarcaciones de avistamiento no regulado.

Dado que estas aguas están apenas monitorizadas, los científicos no saben con certeza si las colisiones están aumentando. Sin embargo, según los nuevos informes, la muerte de una ballena en abril supuso la sexta del año. En un encuentro horrible en marzo, una ballena azul fue hallada sobre la proa de un mercante en el puerto de la capital, Colombo. Según Arjan Rajasuriya, investigador en la Agencia Nacional de Investigación de Recursos Marinos y Desarrollo en Colombo, el año pasado fueron vistas en las islas cerca de 20 ballenas muertas (no todas ballenas azules). Se desconoce cuántas muertes fueron provocadas por la colisión contra una embarcación.

‘Probablemente estas colisiones representan solo una porción de las muertes reales,’ decía Johm Calambokidis, investigador de ballenas en Olimpia, Washington, quien documenta las colisiones frente a la costa oeste de los Estados Unidos. Dado que las ballenas azules a menudo se hunden tras ser golpeadas, la mayoría de las muertas no quedan registradas y el Calambokidis dice que el verdadero número podría ascender ’10 o 20 veces el número observado.’

Quince millas frente a la costa sur de Sri Lanka se concentra una de las rutas marítimas más transitadas del mundo y se sabe que las ballenas nadan regularmente dentro de ellas. Pero algunos científicos creen que el aumento en el avistamiento de ballenas podría ser resultado de estar obligando a las ballenas a buscar otra fuente de alimento más lejana, obligándolas a atravesar la ruta de los grandes buques.

‘Me temo que las ballenas se están viendo hostigadas por las embarcaciones de avistamiento y que esto podría estar afectando a sus movimientos,’ decía Asha de Vos, investigadora de ballenas.

La amenaza a las ballenas tiene a algunos investigadores intentando saber todo lo que pueden sobre las ballenas para encontrar la forma de protegerlas.

‘Tener a estas ballenas delante de la costa es algo increíble,’ dice Ari S Friedlaender, investigador científico en el Laboratorio Marino de la Universidad de Duke. ‘Sabemos tan poco sobre las ballenas azules en general que cualquier lugar como este al que puedas acceder para verlas, tu curba de aprendizaje será exponencial.’

En 2009, Sri Lanka puso fin a una mortal guerra civil de 25 años que mantuvo a los científicos e investigadores extranjeros apartados de estas aguas. Varios estudios en la década de los 70 revelaron que aquí había ballenas pero no fue hasta la década de los 90 que el interés empezó a aumentar.

Tal vez nadie ha estudiado a estas ballenas y promovido tanto su conservación como Ms. de Vos.

Hace tres años, de Vos empezó el Proyecto Sri Lankan Blue Whale, un programa de investigación a largo plazo en el que se espera detener la matanza y sensibilizar acerca de las ballenas. Durante los últimos tres años, de diciembre a mayo, ha estado fotografiando a las ballenas y usando instrumentos científicos para comprender mejor su comportamiento alimentario.

‘Claramente, hay algo que las hace estar por aquí, pero necesitamos saber dónde es y cuánto,’ dice.

En marzo, de Vos fue asistida por un equipo de investigadores del Laboratorio Marino de la Universidad de Duke que realizaron un sondeo electrónico – ondas sonoras para medir la densidad de la presa en el agua. Durante 10 días, ella y el equipo entrelazaron millas de agua, tomando mediciones y hallando lugares clave de krill.

La información ayudará a los científicos a comprender mejor dónde y cuándo las ballenas se alimentan y se espera que persuada al gobierno para alejar las rutas marítimas.

de Vos, que nació y se crió en Colombo, se convirtió en una defensora de las ballenas azules después de subir en un barco en 2006 y quedarse asombrada por lo que vio.

‘Debido a mi presencia, había seis ballenas azules en cuatro quilómetros de donde estaba yo,’ dice. ‘Era una señal de que sabía que quería comprenderlas mejor y protegerlas.’

Sin embargo su esfuerzo está lleno de desafíos, incluyendo la falta de apoyo por parte de las autoridades locales y las desventajas de ser una mujer joven en una sociedad dominada por los hombres. Ha recibido cierto apoyo económico por parte de la Universidad de Australia Occidental, donde está acabando un doctorado en Oceanografía.  Fuente

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