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Dos manadas de dos especies distintas masacradas brutalmente en Taiji, Japón

Hoy fue un día extremadamente traumático para los delfines que pasan por las costas de Taiji. Una manada de delfines listados y una manada de delfines de Risso no volverán nunca más a surcar los océanos del mundo.

El primer grupo de víctimas fue una familia formada por 15 delfines listados, incluida una cría. Después de resistir una dura batalla en alta mar, los delfines, completamente agotados, sucumbían a los cazadores, que los obligaban a entrar en la cala sin apenas ya esfuerzo. Incluso una vez encerrados en las aguas de la cala, los cazadores les arrojaron plomos para simular el sonido de los barcos cuando golpean las varas con martillos con el fin de seguir atemorizándolos.

La familia se apiñó buscando consuelo entre sus miembros mientras la cría seguía aferrada a su madre.

Finalmente, los cazadores empujaban a todo el grupo hacia las lonas con ayuda de sus barcos.

Los Cove Monitors, voluntarios de la organización The Dolphin Project y actualmente los ojos del mundo en Taiji, vieron como varios delfines se arrojaban contra las rocas presos del pánico mientras unos buzos vestidos de neopreno les ataban un cabo por la cola y los entregaban de nuevo a los cazadores.

Fue entonces cuando empezó a escucharse el angustioso sonido de los delfines golpeando el agua con sus colas. Poco después le siguió el sobrecogedor sonido de los cuerpos, uno tras otro, siendo arrojados sin vida a bordo de uno de los barcos.

Mientras esta primera manada se debatía entre la vida y la muerte siendo perseguida, los Cove Monitors vieron como otra familia formada por 6 delfines de Risso era conducida hacia la cala por un segundo grupo de barcos.

Los delfines lucharon con todas sus fuerzas intentando sortear en vano la flota.

Finalmente, exhaustos por la agresiva persecución sin tregua, los delfines empezaron a debilitarse, nadando mucho más lentos mientras los cazadores seguían golpeando con martillos las varas sumergidas en el agua.

Uno de los delfines conseguía escapar, pero los cazadores, siempre insaciables, lograban atraparlo, empujando ahora a todo el grupo bajo las lonas.

Un delfín de Risso horrorizado lograba por segundos liberarse y alejarse de uno de los buzos, pero lamentablemente nadó en dirección hacia la playa, de donde ningún delfín escapa de un fatal destino.

Hoy han sido asesinados 21 delfines.

De los 7.500 millones de seres humanos que habitamos este planeta, solo un puñado de ellos sabe lo qué ocurre a diario en esta costa remota de Japón y solo un puñado aun más pequeño sabe lo qué ha ocurrido hoy en Taiji.

Podemos permanecer en silencio o difundir estas muertes. La única esperanza que tienen estos delfines que ahora ya no existen es que al menos cada uno de nosotros no permita que sus muertes hayan sido en vano.

¡Sé la voz de los que no la tienen y únete al equipo del Dolphin Project!

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