Las autoridades en Tasmania esperan que una ballena que embarrancó por segunda vez no vuelva a regresar a la orilla. Los equipos de rescate y voluntarios trabajaron ayer en las labores de rescate para salvar a la última ballena superviviente en isla Año Nuevo, Tasmania, de entre los cerca de 100 ballenas y delfines embarrancados.
La bióloga de fauna silvestre Rachel Alderman dice que sobre las 8:30 de la tarde varios voluntarios subidos en motos acuáticas acompañaron al calderón a aguas profundas.
Este calderón de aleta larga es el último superviviente de una manada de 44 ballenas y 38 delfines que embarrancaron el sábado en isla Año Nuevo frente a la costa occidental del estado.
El día anterior, 13 delfines mulares embarrancaron en la bahía Quarantine, cerca de isla King.
Más de 80 cetáceos estaban ya muertos cuando un pescador los halló el sábado en isla King. Dos ballenas y seis delfines lograron ser devueltos al mar.
Hace tres años, 200 ballenas y delfines embarrancaron en isla King, un lugar trágicamente habitual para varamientos masivos en Australia. Las opiniones difieren sobre el porqué ocurren los varamientos.
Peter Mooney, director general del Servicio de Parques y Fauna Silvestre en Tasmania, dijo que las ballenas y delfines a menudo arriesgan su propia supervivencia para permanecer con su manada.
‘Tienen lazos sociales increíblemente fuertes,’ decía. ‘Una ballena embarranca y las demás la siguen y acaba embarrancando toda la manada. No abandonarán a las otras ballenas que están peligro, incluso si ello significa su propia muerte.’ Fuente