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Cinco formas en las que el cambio climático está afectando a los océanos

Se puede decir que para un ecosistema que cubre el 70 por ciento del planeta, los océanos apenas reciben atención. Y eso que hacen de todo. Nos alimentan, nos proporcionan gran parte del oxígeno que respiramos y nos protegen de nosotros mismos. De no ser por ellos, el cambio climático ya hubiera convertido el planeta en un lugar inhabitable.

Según un informe de 2016, los océanos han absorbido más del 90 por ciento del calor generado por los humanos desde la década de 1970. Si ese calor se hubiera quedado en la atmósfera sufriríamos temperaturas de 56ºC.

Pero tan inmensos como son, hay un límite a la cantidad de calor que pueden absorber y cada vez lo hacen de forma más lenta. Hoy, en el Día Mundial de los Océanos, se examinan algunas de las formas en las que el cambio climático está afectando la vida en los océanos y lo que eso significa para la humanidad.

Temperaturas más elevadas son malas noticias para los peces, y para nosotros

El aumento persistente de las temperaturas está provocando una cabalgata de efectos en la vida marina.

Las aguas más calientes están provocando el blanqueamiento coralino, que a su vez afecta a los ecosistemas de arrecife donde vive la mayoría de la biodiversidad del océano y proporciona fuentes cruciales de alimento a mucha gente.

Las aguas más calientes están provocando la migración masiva de especies marinas que buscan condiciones adecuadas de alimento y reproducción.

El cambio en la temperatura del agua también está afectando directamente al desarrollo y crecimiento de la mayoría de peces y cefalópodos, tales como pulpos y calamares.

El hielo polar se está fundiendo

En lo que se ha convertido en un funesto ritual anual, el hielo marino ártico de invierno sigue alcanzando registros mínimos sin precedentes a medida que los océanos se calientan. Entretanto, la Antártida se está fundiendo por debajo a medida que el hielo sumergido se va fundiendo rápidamente.

Los efectos de este calentamiento en especies emblemáticas como el oso polar ya están bien documentados. Y bajo la superficie el problema no es menos urgente. Ten en cuenta que:

La producción de algas – la base de la cadena alimentaria ártica- depende de la presencia de hielo marino. A medida que el hielo marino se va reduciendo, también se redurce la abundancia de algas, con efectos en cadena en especies que van desde el bacalao ártico a focas, ballenas y osos polares.

Menos hielo significa la pérdida de hábitat vital para focas, morsas, pingüinos, ballenas y otra megafauna.

El hielo marino es un hábitat crítico para el krill antártico – la fuente de alimento para muchas aves marinas y mamíferos marinos del océano Austral. En los últimos años, a medida que el hielo marino se ha ido reduciendo, las poblaciones de krill antártico también han disminuido, provocando descensos en poblaciones de especies que dependen de éste.

¿Y eso qué significa para nosotros? Las consecuencias para la pesca de bacalao ártico está teniendo efectos en cadena, culminando en conflictos entre humanos y fauna silvestre. El descenso dramático del hielo marino está llevando a los osos polares a aproximarse a comunidades costeras y campamentos humanos en busca de alimento.

El aumento de los niveles del mar representan una amenaza lenta pero imparable

El cambio climático supone una doble amenaza para los niveles del mar. Por una parte, cuando se funde el hielo polar en tierra, sus aguas de deshielo van a parar al mar. En segundo lugar, cuando el agua se calienta ésta se expande ocupando más espacio – una causa importante pero todavía impredecible del aumento del nivel del mar.

Con una tasa de aumento del nivel del mar de casi una octava parte de pulgada al año, los efectos en la humanidad saltan a la vista:

Aunque solo un 2 por ciento de la tierra del planeta se encuentra a 10 metros o menos por encima del nivel del mar, estas áreas contienen el 10 por ciento de la población humana mundial.

Pequeñas naciones insulares tales como las del océano Pacífico están desapareciendo del mapa. Los habitantes de Kiribati, por ejemplo, son unos de los primeros refugiados climáticos del mundo y dos de las naciones insulares ya han sido engullidas por las aguas.

Sin embargo, los efectos del aumento del nivel del mar en la fauna silvestre apenas han sido explorados:

La supervivencia de los arrecifes de coral, manglares, praderas marinas y otros hábitats críticos dependen de su capacidad para desplazarse hacia aguas menos profundas para lidiar con este aumento de las aguas. Y es muy improbable que especies de crecimiento lento puedan seguir el ritmo del aumento del nivel del mar.

Se están perdiendo hábitats costeros críticos – por ejemplo las playas de anidación de tortugas marinas. Las barreras naturales y artificiales tales como acantilados, diques y el desarrollo costero impiden la migración hacia el interior.

Los océanos más cálidos alteran las corrientes

El cambio climático afecta a las temperaturas del mar así como a los patrones del viento. Combinados, éstos pueden alterar las corrientes oceánicas.

¿Cómo afecta a la fauna silvestre?

Muchos patrones migratorios de especies marinas pueden verse alterados a medida que cambien las corrientes que siguen. Muchas especies que dependen de las corrientes oceánicas para reproducirse y alimentarse se verán afectadas. Por ejemplo, muchos corales de arrecife y especies de peces de arrecife dependen de las corrientes para la dispersión de sus larvas.

Las consecuencias de los cambios en las corrientes oceánicas en la humanidad podrían ser severas ya que las corrientes juegan un papel importante en el clima de la Tierra.

Por ejemplo, el clima moderadamente cálido de Europa se debe en parte a la enorme corriente atlántica llamada Corriente del Golfo, que está experimentando una “ralentización sin precedentes”. El cambio de estas corrientes tendrá importantes implicaciones para el clima planetario, incluidos cambios en las precipitaciones, con más lluvia en algunas áreas y mucha menos en otras – y para las temperaturas del aire. Estos cambios tienen implicaciones drásticas para innumerables especies, incluida la humana.

El cambio climático está afectando a la química del agua marina

La quema de combustibles fósiles que está haciendo aumentar los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera también está alterando la composición química del agua marina, haciéndola más ácida. El océano absorbe el 30 por ciento del dióxido de carbono en la atmósfera; cuando ese carbono se disuelve en el agua se transforma en ácido carbónico.

¿Y cómo afecta esto a la vida marina?

La acidificación afecta directamente a aquella vida marina que construye sus conchas a partir de carbonato de calcio tales como corales, vieras, langostas y cangrejos y cierto plancton microscópico que es la base de la cadena alimentaria marina. Estos organismos proporcionan hábitats críticos y fuentes de alimento a otros organismos. El aumento de esta acidez también puede limitar la capacidad de determinados peces para detectar depredadores, alterando la cadena alimentaria.

Hoy, Día Mundial de los Océanos, es un recordatorio de que respetar los océanos y a todas sus criaturas es nuestra mayor inversión: nuestra propia supervivencia.

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