Ocean Sentry
Tras varios días de aguas azules en la cala, no una sino dos manadas distintas han sido conducidas a la cala de Taiji. Los voluntarios de la organización sin ánimo de lucro Dolphin Project observaban con impotencia como salía el humo negro de las embarcaciones cuando empezaron a acelerar al máximo. La persecución había comenzado.
Una de las manadas estaba formada por 11 delfines de Risso (Grampus griseus), entre ellas una pequeña cría.
Todos sus familiares eran asesinados salvo ella, que era tirada al mar. Su pequeño cuerpo no tiene el mismo valor que su padre o su madre, más grandes para la venta de su carne. Esta pequeña no sobrevivirá sin la protección de su familia. Imagínate ser ella.
Poco después una familia de varios cientos de delfines listados (Stenella coeruleoalba) corría la misma suerte. Gran parte del grupo lograba escapar durante el transcurso de la batida. pero 46 caían en las garras de la maldad humana.
Los adiestradores escogían a 4 delfines para su explotación comercial en delfinarios y parques marinos, dando libertad a los pescadores para acabar con la vida de los no escogidos. Estos adiestradores son los mismos que luego ves vestidos de neopreno en parques marinos con un silbato y haciéndote creer que los delfines son felices.
“Gran parte de la violencia tiene lugar en la propia batida, donde algunos delfines ni siquiera consiguen llegar a la cala. Las batidas son tan estresantes que las hembras gestantes pueden llegar a sufrir abortos, mientras que los más jóvenes y ancianos no pueden mantener la velocidad del resto de familiares huyendo” – Ric O’Barry, Fundador y Director de la organización Dolphin Project
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