Una capa de petróleo de un tamaño de 400 kilómetros cuadrados amenaza una catástrofe para la delicada vida marina del Golfo de Méjico, con la fuga de 42.000 galones (160.000 litros) procedentes de un pozo tras una explosión en una plataforma petrolífera.
Han pasado sólo dos días de las declaraciones que afirmaban que no había ninguna fuga y que el petróleo en la superficie del mar eran residuos a bordo de la plataforma Deepwater Horizon que irrumpió el martes sin embargo las autoridades han hecho público que la capa de petróleo procede del fondo del mar y que actualmente es 25 veces el tamaño con respecto el viernes.
‘Vienen a ser unos 1.000 barriles al día brotando de una profundidad de 5.000 pies,’ decía la contralmirante Mary Landry de la Guardia Costera de los Estados Unidos y reponsable de supervisar la respuesta de emergencia. ‘Por supuesto se trata de un vertido muy grave.’
La semana pasada British Petroleum (BP), responsable del arrendamiento de la plataforma petrolera, dijo estar haciendo todo en su poder para contener el vertido y resolver la situación de la forma más eficiente posible, usando robots submarinos, personal formado por 700 personas, cinco aviones, 32 barcos y casi 200 millas de bombas para contención.
El vertido de petróleo más grave del mundo ocurrió en 1989 cuando el barco petrolero Exxon Valdez embarrancó frente a la costa de Alaska, vertiendo 10,8 millones de galones en un desastre tras el la fauna salvaje local sigue hoy en día recuperarse. El nuevo vertido tardaría 261 días para llegar al mismo nivel, sin embargo, si los intentos por sellar las fugas de los oleoductos con el uso de robots submarinos fracasan, el pronóstico para una catástrofe es muy real.
En estos momentos la capa se encuentra a 50 millas frente a la costa de Louisiana, amenazando potencialmente los frágiles mangles costeros, las pesquerías, las guarderías de camarón y otra vida marina tal como las tortugas marinas, ballenas, delfines y tiburones.
El área es también una zona de alimento para una manada de cachalotes, una especie en peligro de extinción, según ha revelado la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
El vertido llega en un momento en el que el Presidente Obama está tomando medidas que permitirían las perforaciones próximas a la costa. Fuente