Ocean Sentry
Una misteriosa enfermedad ha sido detectada por primera vez en los Cayos de la Florida, en Estados Unidos. Investigadores del Laboratorio Marino Mote, en Sarasota, Florida, en colaboración con investigadores estatales y federales descubrieron el coral infectado durante una inmersión rutinaria para recoger muestras.
El descubrimiento de la enfermedad frente al cayo Loose, al sur del Big Pine en el Santuario Nacional Marino de Cayos de Florida, pone en peligro la única barrera de arrecife de coral viviente en el continente de los Estados Unidos y el tercer sistema de barrera de arrecife de coral más largo del mundo por detrás de la Gran Barrera de Coral y la Barrera de Arrecife de Belice.
También es una mala noticia para un arrecife que ha perdido la mitad de su coral durante las dos últimas décadas, que ha sufrido los efectos del cambio climático y que ha resurgido de un evento de blanqueamiento que ha durado tres años.
Los científicos creen que la enfermedad podría estar causada por una infección bacteriana transportada por las corrientes, pero no pueden precisar mucho más. Dicen que la corriente de Florida – una corriente caliente proveniente del Golfo de México que se adjunta a continuación a la corriente de las Antillas para formar la Corriente del Golfo – probablemente trajo la enfermedad al condado de Martin, un estado de Florida.
El condado de Miami-Dade sufrió en julio del verano pasado un enorme derrame de aguas residuales debido a la rotura de una tubería. La fuga podía llegar a verter hasta 143 millones de galones al día. No está claro si ese podría haber sido el desencadenante de la enfermedad o si contribuyó a su propagación en los corales ya estresados que también tuvieron que soportar veranos cálidos consecutivos desde 2014.
Los científicos están trabajando para identificar el coral vulnerable y hallar formas de tratarlo o al menos de contener el daño.
La especies de coral Colpophyllia natans (coral cerebro), el que más domina en la construcción del arrecife, parece más susceptible, sin embargo los científicos no están seguros del porqué.
Han intentado varias formas de tratarlo – cortando el coral muerto, aplicando resina epoxi para crear una barrera antiséptica y despejando zonas a modo de “cortafuegos” alrededor del arrecife.
También están experimentando con una pasta con antibióticos, intentando encontrar el equilibrio que trate el coral pero sin contaminar los arrecifes que ya están intentando sobrevivir con antibióticos por culpa de las aguas residuales.
Pero el coral sigue muriendo a un ritmo alarmanete.
Algunas especies están desapareciendo en determinadas regiones, con posibles extinciones locales.
El único otro brote comparable ocurrió en la década de los 70 y 80, provocando la casi extinción de las especies Acropora cervicornis (cuerno de ciervo) y Acropora palmata (cuerno de arce), que acabaron en la lista de especies en peligro. Los científicos todavía no saben qué hizo qué enfermaran.
La ciencia sobre el coral ha avanzado mucho en las últimas cuatro décadas y se han iniciado esfuerzos para reconstruirlos, con viveros en Cayos de la Florida y Miami.
En los últimos años, solo el laboratorio ha plantado 35.000 y tiene intención de plantar otros 25.000 este año. Los científicos también están trabajando en el desarrollo de corales más resistentes.
