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Masacrados 20 delfines de cabeza de melón, 2 seleccionados para su explotación comercial y dos crías, ahora huérfanas, tiradas al mar

Los pescadores de Taiji encontraban a una enorme manada de delfines de cabeza de melón (Peponocephala electra) poco después de salir del puerto. Mientras la familia entera luchaba por sus vidas, parte de la manada conseguía escapar durante la batida.

El resto de miembros siguieron intentando esquivar sin éxito a los pescadores y sus barcos.

Tras hora y media de desesperados intentos, su destino quedaba sellado cuando los pescadores acorralaban a los mamíferos en la cala y dejaban caer una red bloqueando su salida.

Los delfines empezaron a nadar aferrados los unos a los otros. Los voluntarios sobre el terreno pudieron ver como se rozaban entre ellos intentando hallar consuelo en ese horrible lugar.

Los adiestradores de delfines de los delfinarios locales en Taiji se apresuraron a llegar a bordo de una embarcación para seleccionar los ejemplares más bonitos – sin cicatrices o marcas – para su explotación comercial y dar luz verde a los pescadores para matar al resto.

Los adiestradores elegían a dos delfines de la manada, los subían a los barcos y abandonaban la cala.

Los voluntarios de la organización Dolphin Project, los Cove Monitors, también observaron como los pescadores subían a bordo a dos crías, salían de la cala y las tiraban al mar. Los voluntarios pudieron ver como las crías se retorcían a bordo de los barcos mientras los cazadores las retenían violentamente, sin importarles sus pequeños cuerpos fuera del agua.

Sus madres, cubiertas por las lonas que los pescadores despliegan para evitar las cámaras, eran asesinadas junto al resto de la manada. Con ello, dejaba de oírse el frenético chapoteo de los delfines en lo que serían sus últimos momentos de vida.

Solo cabe esperar que los dos pequeños logren encontrar al resto de la manada que consiguió escapar de los pescadores en el transcurso de la batida.

Para los dos delfines capturados, su peor pesadilla solo acaba de empezar: privados de libertad para siempre, arrebatados a sus familias, traumatizados, aterrados y sometidos a los deseos depravados de la humanidad.

Así es como muchos delfinarios y parques marinos de todo el mundo obtienen los delfines y otras especies relacionadas que luego vemos saltando a través de un aro. Lugares como Taiji son el centro neurálgico para la venta de delfines salvajes.

Las batidas de delfines en Taiji ocurren cada año desde el 1 de septiembre hasta marzo del año siguiente, seis meses en los que cualquier manada que pasa frente a las costas de este pueblo infame corre el peligro de ser destruida en nombre del entretenimiento humano.

 

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