Ocean Sentry
Grupos cazadores están presionando al gobierno canadiense para que apruebe la ampliación de la cuota, incluida la caza en una reserva natural.
La propuesta ha levantado una oleada de críticas y cartas dirigidas al gobierno de Justin Trudeau.
Los grupos cazadores han presentado tres propuestas: levantar la restricción de las licencias de caza, permitir la matanza de focas en una reserva natural de Quebec y poner en marcha una caza comercial de focas masiva en la Columbia Británica, incluidos leones marinos.
Cada año decenas de miles de focas, la mayoría focas de Groenlandia pero también capuchinas y grises, son golpeadas a muerte, abatidas a tiros y arponeadas o apuñaladas frente a la costa oriental de Canadá.
La mayoría de las crías tienen entre dos semanas y tres meses de edad y la temporada de caza tiene lugar en primavera, cuando las crías están creciendo.
Las últimas cifras disponibles del gobierno revelan que en 2016 fueron masacradas 66.800 focas de Groenlandia y 1.612 focas grises.
El grupo a favor de la caza, Pacífic Balance Pinniped Society, dice que las aguas de la Columbia Británica están “plagadas por una sobrepoblación” de focas y leones marinos y que la ampliación de la cuota salvaría las poblaciones de peces. El grupo publicó en su página en Facebook: “Van acabar controlando el planeta en el futuro. Dios sabe que ahora hay cientos de miles adueñándose de nuestros muelles, balsas y playas.”
Pero los científicos niegan que estas matanzas ayuden a las poblaciones de salmón y bacalao.
“Se está usando a las focas como cabezas de turco, igual que una vez se culpó a las ballenas de los colapsos de la pesca,” dice Hall Whitehead, biólogo marino de Halifax, Nueva Escocia.
En 2010, a raíz de las fuertes protestas contra la caza de focas, la Unión Europea prohibió las importaciones de pieles de foca, provocando el descenso en picado de la demanda. Ahora los cazadores tratan de compensar los ingresos que perdieron desde entonces.
Cada año cerca de 6.000 pescadores, la mayoría de Terranova, se unen a estas cazas.
Los expertos dicen que existe un pequeño mercado de aceite y partes de foca que se venden a Asia con fines supuestamente afrodisíacos.
La organización sin ánimo de lucro Humane Society International dice que los cazadores abaten a tiros a las focas desde barcos en movimiento, por lo que las crías a menudo solo resultan heridas.
“La principal planta de procesamiento en Canadá desgrava 2 dólares del precio que paga por piel por cada agujero de bala que encuentra, por lo que los cazadores son reacios a disparar a las focas más de una vez.”
“Como resultado, las focas heridas suelen sufrir una muerte agonizante. Muchas acaban en el agua donde mueren lentamente y cuyos cuerpos nunca se recuperan,” añade.
