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Las fuertes tormentas provocaron la pérdida masiva de hielo marino en la Antártida en 2016

Probablemente una serie de tormentas sin precedentes en el Océano Austral provocaron el descenso más dramático del hielo marino de la Antártida hasta la fecha, señala un nuevo estudio.

El hielo marino antártico – agua congelada del océano que rodea el continente austral – ha crecido durante las últimas décadas pero se redujo considerablemente a finales de 2016.

En marzo de 2017 – el final del verano del hemisferio sur – el hielo marino antártico alcanzó su extensión más mínima desde que empezaron los registros en 1978.

Los resultados aparecen publicados en la revista Geophysical Research Letters.

En el estudio, científicos de la Investigación Antártica Británica (BAS), desconcertados por la repentina pérdida de hielo, combinaron imágenes por satélite de la Antártida con datos climáticos de la segunda mitad de 2016 para averiguar lo qué había causado tanto deshielo. Hallaron que varias tormentas considerables durante septiembre, octubre y noviembre habían traído aire caliente y fuertes vientos del norte que derritieron 75.000 kilómetros cuadrados de hielo al día, el equivalente a perder un trozo de hielo del tamaño de Carolina del sur cada 24 horas.

“El hielo marino antártico es relativamente delgado – 1 metro de grosor de media -, haciéndolo extremadamente vulnerable a los fuertes vientos,” dice el autor principal John Turner, científico climatólogo del BAS.

“El área de hielo marino es un indicador importante del cambio climático, y la pérdida de hielo marino en el Ártico ha estado relacionada con el aumento de las emisiones de gas de efecto invernadero. Pero dado que existen datos del hielo marino antártico desde hace solo 4 décadas – cuando empezaron a registrarse datos por satélite – es difícil atribuir la pérdida de hielo de la Antártida del año pasado al cambio climático causado por los humanos. Los registros balleneros proporcionan a los científicos indicaciones de la anterior extensión de hielo marino, pero es difícil comparar esos datos con los registros por satélite. No existe ningún indicio de que no sea más que una variabilidad natural. Destaca el hecho de que el clima en la Antártida es increíblemente variable.

Si continúan aumentando las emisiones de gas de efecto invernadero, los científicos esperan que haya tormentas cada vez más fuertes a latitudes medias, pero no pueden decir con certeza si las fuertes tormentas de finales de 2016 fueron debido a la actividad humana, dice Turner.

Hasta este descenso más reciente, el área de hielo marino de la Antártida había aumentado ligeramente.

“Pero ese aumento no significa que el cambio climático no haya afectado a la Antártida,” dice Walt Meier, experto en hielo marino del Centro Goddard Space Flight de la NASA, en Greenbelt, Maryland, quien no ha participado en el estudio.

“Eso no significa que el cambio climático no esté ocurriendo. Al menos en 2015 para el hielo marino antártico, la señal de cambio climático podría no distinguirse de la variabilidad natural,” dice.

Se necesita investigar más para determinar exactamente qué hizo que el hielo marino antártico creciera durante las últimas cuatro décadas en medio de un planeta más caliente y si las condiciones de bajo hielo en 2016 y 2017 marcan un punto de inflexión de descenso del hielo marino antártico debido al cambio climático.

“A medida que las temperaturas sigan aumentando, el efecto del calentamiento se irá acentuando y prevemos que el hielo marino antártico empezará finalmente a disminuir,” dice Meier.

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