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La tortuga marina que se negó a ser azotada por un huracán

Cuando fue sorprendida en medio de una tormenta tropical frente a la costa de Florida, la tortuga marina Eleanor se enfrentó a ella sorprendentemente bien. De hecho, apenas necesitó usar energía adicional durante los cuatro días que duró la tormenta, ni tampoco resultó herida.

El calentamiento del océano está haciendo que la Tierra sufra los estragos de tormentas y huracanes cada vez más intensos, con consecuencias masivas para humanos y resto de animales. Una de las inquietudes son los animales marinos, en especial los amenazados de extinción, tales como ballenas, manatíes, tiburones, tortugas marinas, etc.

Un equipo formado por investigadores daneses, norteamericanos y australianos ha descubierto que las condiciones meteorológicas adversas no son necesariamente perjudiciales para las tortugas marinas adultas. El equipo se encontraba inmerso en el proceso de monitorizar las tortugas marinas equipadas con transmisores GPS y sensores de movimiento frente a la costa de Sarasota, Florida, en los Estados Unidos, cuando una de las tortugas marinas se vio sorprendida de forma inesperada por una tormenta tropical. Esto proporcionó al equipo una oportunidad única de ver cómo se enfrenta una tortuga marina a una tormenta.

“Nos complació descubrir que la había capeado sin ningún problema”, dice Maria Wilson, bióloga de la Universidad del Sur de Dinamarca (SDU).

“Sabemos muy poco sobre cómo las tortugas marinas se enfrentan a huracanes y tormentas tropicales. Las tormentas podrían alejarlas de su trayectoria o dejar demasiado agotadas sus reservas energéticas para poder poner huevos y, por tanto, repercutiendo en la siguiente generación de tortugas marinas,” explica Wilson.

La tortuga marina marcada se llama Eleanor. Se encontraba en el mar del golfo de México en la temporada de puesta cuando se vio sorprendida por la tormenta. Esa trayectoria indica que ya había puesto huevos en una de las playas de Florida y estaba regresando al mar para reponer energía antes de regresar a poner más huevos.

Eleanor fue sorprendida por la tormenta tropical Debby, que pasó por el golfo de México entre el 23 y 27 de junio de 2012. El huracán Debby provocó enormes inundaciones en Florida, alcanzando vientos de hasta 100 kph.

Eleanor fue marcada durante 16 días, cuatro de los cuales durante la tormenta. Los datos GPS y las señales de movimiento revelaron que cambió drásticamente su comportamiento. Antes de la tormenta, había estado descansando en el suelo marino, moviéndose lentamente y saliendo a la superficie solo para respirar.

Cuando se vio sorprendida por la tormenta, se alejó hacia el norte más de lo esperado. Según los investigadores, se vio obligada por las corrientes. También cambió sus patrones de inmersión, estando mucho más activa en lugar de ahorrar energía para la siguiente puesta.

“Aunque Eleanor nadó la mayor parte del tiempo durante esos cuatro días, resolvió el ahorro energético, no usando más energía de la que hubiera usado normalmente para poner 12 huevos, que no es mucho, considerando que las tortugas marinas ponen entre 300 y 900 huevos durante una temporada de puesta. Pero otro fantástico elemento de la historia de Eleanor es que, a pesar de que la tormenta la empujó más de 100 km hacia el norte de “su” playa, Eleanor nadó hacia el sur cuando la tormenta pasó y excavó su nido a solo 75 metros del último que había hecho, aunque con unos días de “demora”, añade Wilson.

Los investigadores calcularon el consumo de energía de Eleanor en base a sensores (acelerómetros y giroscopios 3D), que permitieron detectar cuando estaba nadando. La energía que usa una tortuga marina en el mar se había estimado en experimentos anteriores en laboratorio.

Aunque pueda parecer que las tortugas marinas son lo suficientemente robustas para poder quedar a merced de las tormentas, una tormenta muy fuerte puede seguir siendo una importante amenaza para ellas.

“Las tortugas marinas ponen sus huevos en la playa y sus nidos son extremadamente vulnerables a las tormentas. La tormenta a la que sobrevivió fácilmente Eleanor destruyó casi el 90 por ciento de los nidos en la playa donde ella y otros varios cientos de hembras de tortuga marina habían puesto sus huevos.”

Es por ello que Maria Wilson pide concentrarnos más en proteger los nidos y ayudar a las tortugas recién nacidas y menos a las adultas a la hora de debatir su protección.

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