Ocean Sentry
Según una nueva actualización del Departamento de Pesca y Océanos (DFO) de Canadá, la temporada de caza de focas de 2018 ha finalizado con 59.076 crías de foca desolladas.
Se estima que el número de crías que fueron golpeadas pero lograron escapar zambulléndose malheridas en el agua se sitúa entre un 5 y un 10 por ciento de la cifra total, por lo que probablemente el número de muertes es en realidad superior, entre 62.000 y 65.000 crías.
En comparación, la cifra oficial del año pasado fue de 80.924 y en 2016 de 66.800.
No todas las pieles de estas crías acaban convertidas en un abrigo de piel de foca que nadie necesita. Cada año, muchas pieles se pudren antes de poder venderse. Algunos años se han llegado a tirar o quemar hasta miles.
Todas estas crías tenían entre tres semanas y tres meses de vida. La matanza no solo está aprobada por el gobierno canadiense, si no que éste la promueve, subvenciona y destina activos tales como rompehielos para facilitar el paso de los barcos.
En los últimos años, decenas de miles de crías están muriendo ahogadas antes de poder aprender a nadar debido a la falta de hielo duro.
De nuevo este año, el hielo marino en el Golfo de San Lorenzo, una importante área de cría para la especie, fue escaso durante el momento álgido de cría que ocurre entre febrero y marzo. Esto significa que muchas crías murieron ahogadas.
Permitiendo esta matanza, el gobierno canadiense dio luz verde para matar a crías que lograron sortear los estragos del cambio climático.
Fuente: harpseals.org
