Ocean Sentry
La población de pingüino azul (Eudyptula minor) de Australia Occidental podría verse afectada fatalmente por la propuesta de un puerto deportivo en la bahía Mangles según la organización australiana Conservation Council.
El grupo medioambiental quiere que el gobierno de Australia Occidental reconsidere su apoyo al proyecto, que podría hacer desaparecer las colonias de pingüinos. Una investigación conducida por la Universidad de Murdoch, en Australia Occidental, reveló que la población se ha reducido a la mitad desde 2011.
Australia Occidental tiene colonias de pingüino azul en las islas Garden y Penguin.
La organización ha escrito una carta urgente al Ministro de Medio Ambiente, Stephen Dawson, ante los temores de que el puerto deportivo acabe con estas colonias.
La carta, firmada por 14 expertos, pide a Dawson que la Autoridad de Protección Ambiental (EPA) revalúe la viabilidad medioambiental del proyecto.
Estudios recientes conducidos por uno de los signatarios, la investigadora de la Universidad de Murdoch, Belinda Cannell, hallaron que más de un cuarto de los pingüinos hallados muertos en el área metropolitana murieron por culpa de colisiones con barcos.
Dice que el aumento de la actividad marítima derivada de un nuevo puerto haría que estas muertas fueran mucho más frecuentes.
“Hemos visto pingüinos con las aletas amputadas, cortes en la espalda, decapitados y órganos internos destruidos,” dice.
“Si la propuesta sigue adelante, probablemente acabaremos perdiendo a ambas poblaciones.”
También está la inquietud de que la actividad de los barcos junto con el dragado necesario para la construcción del puerto afecte gravemente a la delicada hierba marina del área.
La hierba marina no solo produce oxígeno, sino que también alberga peces y otras criaturas marinas que son una de las principales fuentes de alimento del pingüino.
Una de las inquietudes citadas también en la carta es una caída probable en el número de turistas con el descenso de la población de pingüinos.
“Sin duda también se producirán pérdidas económicas para los negocios locales,” dice Bruce Armstrong, profesor de la Universidad de Australia Occidental.
El director de la organización, Piers Verstegen, dijo que la aprobación de la EPA al proyecto en 2014 fue solo una de las muchas dudosas autorizaciones concedidas por el anterior gobierno.
“Con el gobierno de Barnett, la EPA concedió una serie de autorizaciones verdaderamente problemáticas,” dice.
Un portavoz del Ministro de Medio Ambiente ha informado que la carta ha sido recibida, pero que la decisión está en manos de la Ministra de Planificación Rita Saffioti.
“Es un tema muy delicado para la comunidad, pero tengo una recomendación delante de mí y tomaré una decisión muy pronto,” decía.
