Ocean Sentry
Cuando solo tenía 3 años, esta ballena franca del Atlántico Norte conocida como 3893 sobrevivió a un enredo en una línea de flotación de una red de enmalle, después de que unos rescatistas la liberaran y ella se desprendiera del resto. Seis años después, 3893 no ha tenido tanta suerte.
“Estaba a punto de alcanzar la madurez sexual,” decía Heather Pettis, científica asociada en el Centro para la Vida Marina del acuario Anderson Cabot de Nueva Inglaterra.
La ballena fue hallada muerta el 22 de enero a unas 100 millas de la costa este de Virginia.
Los resultados preliminares de la necropsia realizada el domingo en Little Island Park, en Virginia Beach, revelan que 3893 murió debido a un enredo crónico en un aparejo de pesca, según informa la oficina regional de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
“Es una pérdida devastadora para una población que ya está disminuyendo,” decía Pettis, administradora del Consorcio de la Ballena Franca del Atlántico Norte, una investigación colaborativa.
Investigadores a lo largo de la costa atlántica vieron y documentaron la ballena 90 veces a lo largo de sus 10 años de vida, incluido el último año, cuando se estuvo alimentando el 14 de abril en Cape Cod, Estados Unidos, y el 29 de julio en el golfo de San Lorenzo, Canadá.
“Era una vieja amiga, en el sentido en que la solíamos ver,” dice Charles “Stormy” Mayo, del Centro para Estudios Costeros en Provincetown. “No las tratamos como mascotas, pero sientes un apego emocional.”
La muerte de cualquier hembra de ballena franca cerca de su edad reproductiva se suma a la amenaza de la especie en peligro crítico, dice.
El año pasado fue un año particularmente problemático para la especie, con la muerte de al menos 16 ballenas en aguas canadienses y estadounidenses y cuya población total se estima ahora en unas 450 ballenas.
Pero 3893 tiene una relación directa con las muertes del año pasado y con lo que les ocurrió a varios de sus familiares. Su padre se encuentra en las 12 ballenas francas que murieron el año pasado en el golfo de San Lorenzo, donde la necropsia realizada el 30 de junio reveló que murió debido a una profunda hemorragia interna compatible con un fuerte traumatismo provocado por la colisión con un barco. Un hermano murió a la edad de 1 año como resultado de un enredo, informa Pettis.
Los cabos de pesca que envolvían el cuerpo sin vida de 3893 se retiraron para ser analizados y la NOAA ha abierto una investigación. La causa de la muerte se anunciará una vez se completen los tres análisis, que podrían llevar varios meses, según una declaración de la agencia el martes.
De las siete necropsias realizadas el año pasado en Canadá, cuatro muertes fueron debidas a un fuerte traumatismo y dos debido a enredos en los equipos de pesca. Un séptimo cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición, pero se sospecha un fuerte trauma como causa de la muerte. El año pasado también se informaron cinco enredos en ballenas vivas en el golfo de San Lorenzo.
