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La máquina del tiempo del Mar Báltico

Puede que el mar Báltico parezca a primera vista poco interesante para los científicos que estudian asuntos relaciones con los océanos globales. Es un mar, en comparación, poco profundo, con una baja salinidad y una conexión muy fina con el Atlántico Norte. Sin embargo esta impresión es engañosa.

En el número actual de la revista internacional Science Advances, 26 autores de 21 instituciones científicas de siete países apelan a la comunidad científica y a los responsables políticos a usar la región del mar Báltico como modelo para los cambios que se avecinan en los océanos del mundo.

“Este mar de aguas salobres único puede servir como una especie de máquina del tiempo que nos permita estimar mejor los futuros cambios globales,” dice el Profesor Thorsten Reusch del Centro Helmholtz para la Investigación Ambiental GEOMAR y uno de los autores principales del artículo.

Los científicos afirman que los cambios previstos en el futuro de los océanos en todo el mundo ya pueden observarse actualmente en el Báltico.

“Esto se debe a que su pequeño volumen de agua y el lento intercambio de sus aguas con el mar abierto se comportan como un amplificador, permitiendo que muchos procesos e interacciones ocurran a un ritmo más rápido,” señala el Dr. Jan Dierking de GEOMAR, quien ha iniciado el estudio conjuntamente con Reusch.

Como ejemplos, los océanos se han calentado un promedio de 0,5ºC durante los últimos 30 años, mientras que en el mismo periodo, las mediciones se series temporales en el mar Báltico han registrado un calentamiento de en torno a los 1,5ºC.

Del mismo modo, hay enormes zonas sin oxígeno en las aguas profundas de este mar, que se han multiplicado por diez durante el siglo pasado, y el ph de las aguas del Báltico – una medida de la acidificación del océano- alcanza con frecuencia valores previstos en otras áreas del océano en el próximo siglo.

Por un lado, estos extremos están causados por la particular topografía de la cuenca del mar Báltico. Por otro, la intensiva actividad humana sigue acelerando estos cambios adversos. Nueve países sumamente industrializados bordean el mar Báltico, con regiones costeras densamente pobladas. Además, la agricultura intensiva en el interior provoca una elevada escorrentía de nutrientes, mientras que la pesca igualmente intensiva presiona las redes tróficas pelágicas.

Pero no todo es negativo. El mar Báltico es uno de los mares mejor estudiados de la Tierra. La observación y la monitorización científicas de los procesos físicos y biológicos empezaron en torno a 1900. Hay una fuerte tradición en la cooperación científica entre muchos países ribereños del Báltico, culminando en la creación del Programa Conjunto de Investigación y Desarrollo sobre el Mar Báltico (BONUS) de la Unión Europea, que busca reforzar la cooperación en esta región de forma que se responda a los desafíos comunes que afronta y fomentar un desarrollo económico responsable desde el punto de vista ecológico. Estos datos proporcionan bases sólidas para la gestión de los recursos basada en la ciencia.

Entre los casos de gestión con éxito: los países ribereños han conseguido reducir de forma significante la entrada de nutrientes desde la década de los 80, revertir el descenso de las poblaciones de grandes depredadores y frenar la sobrepesca. Y es algo que se ha logrado mediante acuerdos vinculantes dentro del marco de la Unión Europea, pero también gracias a los ambiciosos objetivos del Plan de Acción del Mar Báltico (BSAP), entre los que se incluye Rusia, incluso antes del final de la Guerra Fría. Por lo que a pesca se refiere, la protección de las capturas, mamíferos marinos y poblaciones de aves marinas entre los países ribereños ha llevado a mejoras apreciables de las poblaciones existentes.

“La sobrepesca, el calentamiento, la acidificación, la contaminación, la eutrofización, la pérdida de oxígeno y el uso intensivo de las costas son todos fenómenos que estamos observando en todo el mundo. Dado que han sido particularmente drásticos en el Báltico, pero también porque algunos problemas clave han sido abordados con éxito, la región puede, para bien o para mal, decirnos lo que nos depara el futuro y cómo responder a estos desafíos,” concluye Reusch.

“El mar Báltico, como región modelo, puede contribuir a lograr el objetivo 14 de conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible del programa de las Naciones Unidas para el desarrollo.”

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