Ocean Sentry
Dos veces al año durante unos meses, las aguas frente a la costa de California se convierten en el paso obligatorio para la ballena gris (Eschrichtius robustus), que migra desde sus áreas de alimento en el mar de Bering, Alaska, hasta sus áreas de alumbramiento en Baja California, México, para luego regresar de nuevo al norte. Este año, sin embargo, parece que pocas ballenas están logrando sobrevivir a este épico viaje de retorno. Hasta la fecha, han llegado muertas a la costa oeste de Estados Unidos hasta 30 ballenas.
Esta cifra es inusualmente elevada, dice Justin Greenman, coordinador de mamíferos marinos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).
“Si uno se fija en los datos históricos para estos primeros cuatro meses, éste sería el tercer peor año,” dice.
La ballena gris realiza una de las migraciones más largas del mundo (hasta 10.000 millas), migrando desde el norte del mar de Bering, donde se alimenta en verano, hasta las bahías de México, donde las hembras alumbran a sus crías en invierno para luego regresar de nuevo hacia el norte.
La especie vuelve a pasar frente a las costas de California, Oregon y Washington entre marzo y principios de junio procedente de México.
A lo largo de la costa oeste, los biólogos se mantienen atentos a las marcas distintivas de cada individuo, registrando sus números y su comportamiento. Pero este año se estan reportado muchos avistamientos de ballenas grises que se están quedando cerca de la costa oeste y pasando más tiempo en bahías, marinas y puertos, interrumpiendo su migracion hacia el Norte.
“Presentan un aspecto demacrado y desnutrido y todo parece indicar que están tratando de alimentarse de lo que sea donde sea,” dice.
Las ballenas grises suelen esperar el verano para alimentarse, cuando llegan a sus lugares de alimento en el Ártico y suelen ayunar durante el resto del tiempo. Este comportamiento inusual de acercarse tanto a la costa crea además un elevado riesgo de colisiones con embarcaciones.
Greenman dice que la malnutrición que están viendo los científicos está causada seguramente porque las ballenas no consiguieron alimentarse lo suficiente el año pasado en el norte antes de emprender su viaje migratorio al sur.
Las autoridades han podido examinar la mitad de los cuerpos hallados y la mayoría de ballenas tenía el estómago vacío y un bajo contenido muscular.
Según informan paralelamente investigadores en México, el 60 por ciento de las ballenas que llegaron a las costas del país presentaba ya un aspecto muy demacrado y el número de crías ha descendido a un tercio con respecto a hace un año.
“Es alarmante,” dice Steven Swartz, biólogo marino que lleva estudiando las ballenas en México desde hace más de 40 años. “Lo que podría estar ocurriendo es que al no haberse podido alimentar lo suficiente en su momento en Alaska ahora no les quede energía para migrar de nuevo al norte.”
Lo que si está claro es que si algo les está ocurriendo a estas ballenas es que algo le está ocurriendo a su ecosistema. Los científicos sospechan que algo está pasando con su fuente de alimento y su disponibilidad.
La ballena gris estuvo gravemente amenazada por los balleneros. En 1946, cuando solo quedaban en torno a unas 2.000, se llegó a un acuerdo internacional para detener la caza comercial con el fin de ayudar a la recuperación de la población. La ballena gris fue sacada de la lista de especies en peligro en 1994 y se estima que actualmente hay unas 26.000, alrededor del número de ballenas que había antes del auge de la caza hace unos 200 años.
Aunque la población se ha recuperado de la casi extinción, el número de ballenas que están llegando muertas este año es alarmante. El cambio climático y la disminución de las poblaciones de peces son probablemente factores claves en la precaria salud de estas ballenas, concluye.
