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Estudio halla que el mercurio tóxico se está acumulando en la tundra ártica

La remota tundra ártica puede parecer el último lugar del mundo en el que la contaminación humana puede provocar estragos, sin embargo está altamente contaminada por mercurio.

Y ese mercurio pasa del suelo a los ríos y canales y finalmente al Océano Ártico, contaminando peces y otra vida marina de las que dependen las comunidades nativas para su supervivencia.

En un nuevo estudio publicado en la revista Nature, los científicos han empezado a perfilar cómo llega el mercurio y cómo se mueve por el paisaje.

El estudio ha hallado que gran parte de la contaminación por mercurio en la tundra ártica procede de un estado gaseoso de mercurio elemental, transportado por la atmósfera procedente de otras partes del mundo, donde fue emitido a la atmósfera como resultado de la quema de carbón y otras actividades industriales.

Una vez en el Ártico, los científicos creen que el mercurio es absorbido por las plantas – principalmente en verano, cuando la cobertura de la nieve se encuentra en su nivel más bajo y la tundra está totalmente verde – de forma similar a como la vegetación absorbe dióxido de carbono del aire. A medida que las plantas van perdiendo sus hojas o mueren, el mercurio penetra en el suelo, llegando finalmente a ríos y acabando en el Océano Ártico.

Y a medida que el cambio climático sigue calentando el Ártico, los científicos temen que los cambios resultantes en el paisaje – que pueden incluir la pérdida de hielo marino, menos nieve y más vegetación – podrían afectar al ciclo del mercurio en el ecosistema.

“Es muy importante porque nadie está examinando la tundra ártica y los efectos que tiene en el ciclo del mercurio,” dice Alexandra Steffen, especialista en mercurio atmosférico y quien no ha participado en la investigación. “Es probable que estos resultados ayuden a los científicos a comprender mejor la forma en qué los futuros cambios climáticos pueden afectar a este ciclo del mercurio”, añade.

“Gran parte de Canadá y Rusia está cubierta por esta tundra, y se está derritiendo,” dice. “Por tanto, saber lo qué está ocurriendo, dónde acaba finalmente el mercurio y de dónde procede nos ayudará a comprender lo que ocurrirá cuando la tundra se derrita.”

Los científicos saben desde hace tiempo de los elevados niveles de contaminación por mercurio en el Ártico, dice el autor principal del estudio Daniel Obrist, químico atmosférico y experto en contaminación ambiental de la Universidad de Massachusetts Lowell. Pero los procesos mediante los cuales acaba depositado allí siguen sin comprenderse bien. En el pasado, varios científicos habían teorizado de que la contaminación por mercurio llegaba al Ártico principalmente a través de la lluvia y la nieve, una idea que ha sido invalidada por este nuevo estudio.

“La pregunta era qué es lo que está causando la presencia y la acumulación de mercurio en el Ártico,” dice.

Para investigarlo, Obrist y un equipo de colegas de instituciones de Estados Unidos y Francia pasaron dos años recogiendo datos de campo de la tundra de Alaska, midiendo los niveles de mercurio y llevando a cabo análisis químicos para determinar cuál era el estado del mercurio y cómo sale de la atmósfera.

Siguen explorando varias de las razones por las que el Ártico está tan contaminado de mercurio estando tan alejado de la actividad industrial. Por una parte, el mercurio puede viajar por todo el mundo una vez está en la atmósfera – no necesariamente se queda en mismo lugar donde fue emitido. Puede ir a parar a plantas y suelos en otras partes del mundo como es el caso del Ártico, algo que no ocurre en lugares con más sol y temperaturas más elevadas, donde las reacciones químicas a menudo hacen que el mercurio regrese a la atmósfera.

En el Ártico, por otro lado, las condiciones son un poco distintas. El nuevo estudio sugiere que gran parte del mercurio es absorbido por la vegetación durante un breve periodo de tiempo al año, cuando la nieve se deshace y las plantas crecen. La vegetación tiene una ventana relativamente breve de tiempo para florecer, quedando nuevamente cubierta por la nieve y el hielo durante siete u ocho meses al año. El resultado es que el mercurio se queda más o menos secuestrado en el suelo, sin acceso a la luz solar y al calor que podrían hacer que reaccionara y regresara al aire.

“Por tanto, creemos que el Ártico es un importante repositorio de contaminación global por mercurio,” dice Obrist. “Una vez llega a los suelos árticos, se acumula hasta alcanzar niveles elevados.”

Los científicos no pueden decir con certeza que sus conclusiones sean válidas para todo el Ártico, dado que su estudio únicamente se ha centrado en una región de la tundra ártica. Pero sospechan que procesos similares están ocurriendo por todo el paisaje.

A pesar de la creciente preocupación por la contaminación por mercurio en el Ártico, hay una buena noticia. La investigación revela que las emisiones globales de mercurio han estado disminuyendo durante las dos últimas décadas, que significa que los esfuerzos humanos por frenar la contaminación empiezan a dar resultados. Y hace solo unos años, las naciones de todo el mundo establecieron un tratado global llamado Convenio de Minamata sobre el mercurio – un acuerdo para proteger a los humanos y el entorno de la contaminación por mercurio. Entre sus puntos más importantes se incluyen la prohibición de nuevas minas de mercurio, la eliminación gradual de las existentes y frenar el uso del mercurio en otros productos y procesos industriales.

Sin embargo, el futuro del mercurio que ya está o acabará depositado en el Ártico sigue siendo una preocupación con el aumento de las temperaturas. La vegetación, la cobertura de la nieve, la luz solar y el calor juegan importantes papeles en la forma en la que el mercurio se mueve a través de la atmósfera y la tierra, y el cambio climático ya está teniendo un importante efecto en todos ellos. Un minucioso seguimiento y la continuada investigación de los procesos que afectan al ciclo del mercurio serán claves para comprender cómo puede afectar este contaminante a los ecosistemas y comunidades humanas.

Obrist presentará la investigación de su equipo en la Conferencia Internacional sobre el Mercurio como Contaminante Global que se celebrará entre el 16 y 21 de julio en Providence, Rhode Island. El evento es la mayor conferencia científica sobre contaminación por mercurio, con casi 1.000 participantes de instituciones científicas, gubernamentales y otras agencias.

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