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El tráfico de caballitos de mar continúa a pesar de la prohibición global

A pesar de una prohibición global, son muchos los países involucrados en el enorme tráfico ilegal de caballitos de mar, convirtiendo la regulación global en una de las más burladas, con implicaciones para muchas otras especies animales, según un nuevo estudio de Universidad de la Columbia Británica (UBC) en Canadá.

La Convención de las Naciones Unidas sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) limita las exportaciones de caballitos a aquellos países cuya captura es sostenible y se lleva a cabo dentro de los marcos legales. Los caballitos de mar fueron el primer pez marino sometido a una regulación, principalmente gracias al trabajo realizado por el equipo Project Seahorse del Instituto de Océanos y Pesca de la UBC.

Cerca del 98 por ciento de los caballitos de mar hallados en el tráfico global procedían de países con prohibiciones impuestas, por lo que tanto las exportaciones como las importaciones deberían, más o menos, haber acabado.

Sin embargo, la nueva investigación de la UBC revela que muchos países siguen exportando caballitos de mar, incumpliendo sus obligaciones con arreglo a la CITES y sin aplicar la normativa.

“Los 183 países firmantes de la Convención acordaron reforzar el control de las exportaciones, concediendo permisos de exportación solamente cuando está claro que su captura no pone en peligro las poblaciones naturales de caballitos de mar”, explica la Dra. Amanda Vincent, autora senior del informe, profesora del Instituto de Océanos y Pesca de la UBC y cofundadora y directora del Project Seahorse.

“Hallamos que el 95 por ciento de los caballitos de mar en el enorme mercado de Hong Kong se habían declarado como importaciones de países que tenían en vigor prohibiciones de exportación, incluidas Tailandia, Filipinas, Indonesia, India. Malasia y Vietnam, señala el Dr. Ting-Chun Kuo, coautor y candidato al doctorado en la iniciativa Project Seahorse durante el estudio.

“Es un notable descubrimiento dada la alta proporción del tráfico global que pasa por Hong Kong,” comenta la Dra. Sarah Foster, autora principal e investigadora asociada del proyecto.

Vincent destaca los problemáticos métodos de pesca como motor de este tráfico. “La mayoría de caballitos de mar se captura accidentalmente en las redes de arrastre y otros métodos de pesca no selectivos. Una pesca indiscriminada como ésta captura como mínimo 37 millones de caballitos de mar al año, un número enorme que puede fácilmente entrar en el tráfico. Es crucial limitar este tipo de pesca, incluso cuando el comercio esté regulado.”

“Hará falta que todos los agentes y agencias frenen el tráfico ilegal de caballitos y otra fauna marina silvestre,” señala Foster, responsable de comercio global para el grupo de expertos en caballitos de mar. “La CITES necesita trabajar más estrechamente con las naciones implicadas para asegurar un estricto cumplimiento de manera que los comerciantes rechacen animales procedentes de países con prohibiciones comerciales así como la imposición de multas severas por parte de las autoridades.

Dicho esto, sería mucho mejor para los miembros de la CITES gestionar su comercio de forma sostenible en lugar de tener que declarar prohibiciones no implementadas. Actualmente, gran parte de este comercio ocurre en el mercado negro, por lo que no está ni monitorizado ni regulado.

“El nivel actual de actividad ilegal puede tener importantes consecuencias para la conservación de las poblaciones silvestres. Hacer esto bien es vital para los caballitos de mar y otros peces marinos sujetos a la regulación de la CITES, tales como los tiburones, rayas, el pez napoleón y la anguila europea.

La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES, en sus siglas en inglés) sitúa a todas las especies de caballitos de mar en su Apéndice II, reconociendo que estas están al borde de la extinción, a no ser que se controle su comercio.

A parte de la pesca, los caballitos de mar están amenazados por otras causas que tienen que ver con la destrucción de sus hábitats. De hecho, la especie habita en praderas marinas, manglares y arrecifes de coral en costas poco profundas, ecosistemas que son muy sensibles a la contaminación, al cambio climático y a otros impactos ambientales.

Las 42 especies de caballitos de mar están incluidas todas en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).

 

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