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El mar de Barents ha cruzado un punto de inflexión climático

Las amenazas asociadas al cambio climático tales como el aumento del nivel del mar, el aumento de siniestros climáticos extremos, la degradación medioambiental o la pérdida de biodiversidad involucran enormes sistemas tremendamente complejos con una inmensa inercia. Sin embargo, tales procesos no están desprovistos completamente de cambios súbitos. Nos referimos a estos eventos como puntos de inflexión climáticos.

No somos precisamente muy buenos a la hora de advertir un inminente punto de inflexión, pero sí somos bastante capaces de identificarlos retrospectivamente. Aunque hemos encontrado pruebas de que tales puntos de inflexión han afectado al clima de la Tierra en el pasado, no hemos podido reconstruir con precisión la velocidad a la que ocurrieron. Ahora, un equipo de investigadores noruegos dice que ha observado estos puntos de inflexión mientras ocurren. Según un informe publicado recientemente, este punto de inflexión implica el mar de Barents. La pérdida del hielo marino ártico en la región ha cambiado este mar de forma radical, pasando de ser una barrera entre los océanos Atlántico y Ártico a convertirse en una extensión de facto del Atlántico.

El mar de Barents es un sector del océano Ártico que limita al norte con el Círculo Polar Ártico. Es también una de las áreas más intensamente monitorizadas del mundo. El artículo ha reunido más de cinco décadas de datos sobre la temperatura, la cobertura del hielo, la salinidad y otros indicadores registrados en el área. Este recabado de datos ha permitido al equipo fijar una línea de base fiable desde la que detectar cambios a largo plazo. También significa que estamos empezando a ver un importante cambio mientras éste tiene lugar.

El hielo del océano Ártico se expande por el mar de Barents durante el invierno, ayudando a aislar térmicamente las aguas – y bloqueando la luz solar incidente – y manteniendo las aguas árticas más frías durante los meses de verano.

A medida que este hielo se funde, se crea una capa de agua dulce que no se mezcla con la columna de agua salada por debajo (el agua salada es más densa), por lo que queda flotando en la superficie como ocurre si tiramos aceite en agua. En cambio, el agua que llega del Atlántico es más cálida y salada que la del mar de Barents.

Por esta razón, este mar (que se encuentra entre dos océanos) tiene una capa de agua intermedia. El agua del Ártico y el hielo mantienen las aguas frías y dulces. El agua procedente del Atlántico, más densa, fluye hacia el fondo al no ser lo suficientemente cálida para subir a la superficie. Sus aguas se encuentran entre estos dos “intrusos”, formando una capa intermedia, con sus propios niveles de salinidad y temperaturas promedio.

El equipo señala que esta estructura estratificada fue “notablemente estable” entre 1970 y 2011. Sin embargo, los investigadores han podido ver indicios de cambio a pesar incluso de la persistencia de estas capas – las temperaturas atmosféricas en el Ártico han estado subiendo constantemente, aumentando más rápido que en ninguna otra región del planeta, un hecho que ha contribuido a un dramático descenso de la cobertura del hielo en todo el océano Ártico, alcanzando registros mínimos sin precedentes en 2007 y 2008.

Sin hielo que fluya hacia el sur, el mar de Barents ha permanecido relativamente sin hielo durante el verano ártico. La cantidad de hielo que entró entre 2010 y 2015 fue un 40 por ciento menor que el promedio entre 1979 y 2009, a pesar de que la temporada de deshielo dura históricamente hasta septiembre. El equipo también examinó los niveles de precipitación en las islas adyacentes al mar de Barents, tales como Svalbard y Franz Josef Land, para confirmar que la pérdida de agua dulce es una pérdida de hielo, no un cambio en los patrones climáticos.

La capa de la superficie del mar ha descendido rápidamente ante la ausencia de hielo que la aisle. Según el equipo, los primeros 100 metros de agua se han calentado dramáticamente durante los últimos años. Las temperaturas promedio entre 2010 y 2016 fueron casi cuatro veces más atlas que las desviaciones típicas con respecto a la media entre 1970 y 1999.

Situada entre dos masas de agua cálidas de agua, la capa intermedia también se ha estado calentando. El equipo informa que desde finales del 2000 que empezó, toda la columna de agua es más cálida y salada, por lo que la capa intermedia, según el equipo, ha desaparecido del mar de Barents, y ahora está dominada por agua procedente del Atlántico. Peor aún si cabe, las aguas más cálidas con un contenido más elevado de sal hacen que resulte extremadamente difícil que el hielo marino se restablezca durante el invierno.

“El aumento del flujo del agua procedente del Atlántico ha ampliado el área donde el hielo marino no puede formarse, provocando reducciones en la extensión de hielo marino,” escribe el equipo.

“La región entera podría tener pronto una estructura de columna de agua mezclada y cálida y ser parte del Atlántico.”

Aunque para nosotros no pueda parecer gran cosa, estos cambios son enormes desde un punto de vista de ecosistemas, Los autores describen el mar de Barents como “dividido en dos regiones con regímenes climáticos distintos – el norte con un clima ártico frío y crudo y un ecosistema asociado al hielo, y el sur con un clima atlántico favorable, con un ecosistema productivo y una pesca lucrativa.”

Sin embargo, ahora se está convirtiendo en un enorme ecosistema climático atlántico.

Los resultados ayudan a proporcionar cierto contexto a la tremenda dimensión que pueden desembocar tales puntos de inflexión de tal envergadura y la velocidad a la que pueden hacerlo. El equipo dice que probablemente se verán multitud de puntos de inflexión regionales como éste. El futuro será la suma de estos eventos, y no uno solo de escala planetaria, y la forma en que éstos interactuarán harán extremadamente difícil predecir el aspecto que tendrá este futuro.

El articulo “Arctic warming hotspot in the northern Barents Sea linked to declining sea-ice import” ha sido publicado en la revista Nature.

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