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El frailecillo atlántico afectado por el calentamiento global y la disminución de las poblaciones de peces

El frailecillo atlántico sufre las consecuencias del calentamiento global y la disminución de las poblaciones de peces

La población de frailecillo atlántico empieza a sentir los efectos del calentamiento global y los científicos informan que dichos cambios que ahora están afectando a estas aves icónicas pronto podrían convertirse en una alerta temprana para la conservación de otras especies de aves marinas.

En base a observaciones realizadas en los frailecillos que visitan el golfo de Maine, científicos del Centro del Noreste de Ciencias de la Pesca de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) en Woods Hole, Massachusetts, y otras instituciones de Nueva Inglaterra informan que las aves marinas han estado perdiendo peso corporal y muriendo de hambruna, posiblemente debido a los cambios inducidos por el cambio climático en las poblaciones de peces.

Los investigadores observaron también que la tasa de supervivencia de los pollos que viven en dos importantes colonias de Maine disminuyó el verano pasado, mientras que aves individuales mostraban indicios de deterioro en su estado de salud.

“Son nuestro canario marino en la mina de carbón,” decía la experta Rebecca Holberton, profesora de la Universidad de Maine.

El frailecillo atlántico, de colorido pico y peculiar forma de moverse, suele ser símbolo de la recuperación exitosa de aves. Se estima que entre 6 y 8 millones de frailecillos viven en el Atlántico Norte, entre Maine y el norte de Rusia, pero casi desaparecieron de Maine tras la caza intensiva por sus huevos, carne y plumas por parte de los primeros colonos a finales de 1800. En 1901, solo anidó una pareja en la remota isla Matinicus Rock. 

Los esfuerzos de conservación han permitido aumentar la población en Maine en más de 2.000 aves, sin embargo los científicos informan que la población sufrió un duro revés el verano pasado debido posiblemente a una falta de arenque, su principal fuente de alimento.

Se ha observado a los frailecillos intentando alimentar a sus pollos con palometas, un pez tradicionalmente de aguas más cálidas pero cada vez más presente en el golfo. Muchos pollos acabaron muriendo de hambre porque era demasiado grande y redondeado para poder ser engullido. Cerca de los cuerpos sin vida de los pollos, los científicos hallaron montones de palometas enteras.

Mark Faherty, files, Associated Press

Kress acusa a un cambio en los movimientos de los peces debido al aumento de las temperaturas de las aguas del golfo de Maine o tal vez el pez es más accesible para las aves porque se ha desplazado más arriba en la columna de agua, provocando el crecimiento más rápido y temprano de este pez debido a una floración inusual de fitoplancton. Según Steve Kress, de la Sociedad Nacional Audubon, con una alta tasa de mortalidad, estas muertes recientes y unas condiciones del océano sin precedentes que destruye los nidos de los frailecillos, Kress muestra su preocupación por lo que le sucederá a ésta y a otras especies de aves marinas en el futuro.

“No sabemos cómo se adaptarán a estos cambios o si lograrán hacerlo en unas condiciones así,” decía.

Durante el invierno llegaron muertos a las costas de Escocia más de 2.500 aves y aproximadamente 40 fueron halladas en las playas de Massachusetts. Los científicos informan que cada ave hallada representa docenas, cientos o más que murieron y no llegaron arrastradas hasta la costa.

Las necropsias realizadas revelaron muertes por inanición, dice Julie Ellis, directora del proyecto para The Seabird Ecological Assessment Network de la Universidad Tufts.

También han sido observados indicios de cambios preocupantes en otras poblaciones de aves marinas. En la isla Machias Seal, frente a la costa de Maine, solían haber más de 3.000 charranes pero desde 2007 solo regresa un pequeño número cada verano.

Aunque mantiene esperanzas de que la población del golfo se mantenga y recupere, Kress se muestra preocupado.

“Uno nunca sabe lo que traerá consigo el cambio climático,” dice.

“Especies de peces de siempre podrían estar desplazándose más hacia el norte buscando aguas más frías y llegar y establecerse especies de peces habituales de aguas más cálidas del sur. Solo los frailecillos saben si podrán adaptarse o no.”

Científicos de la NOAA están estudiando los efectos que tendrán estos movimientos de especies en los frailecillos y los charranes árticos.

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