Ocean Sentry
El peor de los temores se apoderaba esta mañana de los voluntarios del Dolphin Project, los Cove Monitors, cuando ningún barco más seguía a los tres primeros que empezaban a regresar al puerto.
Efectivamente, los voluntarios pudieron observar como el resto de barcos se posicionaban estratégicamente desde el sur y aceleraban sus motores a toda potencia sacando su característico humo negro.
Les llevó bastante tiempo obligar a esta pobre manada a cambiar su rumbo y dirigirse hacia la entrada de la cala, momento en el cual, según informan los voluntarios, los delfines estaban completamente exhaustos debido a la intensa persecución, apenas pudiendo nadar.
Los delfines usaron las pocas fuerzas que les quedaba para seguir luchando aunque en vano, pues uno a uno fueron empujados rápidamente bajo las lonas, desplegadas para evitar las cámaras de los voluntarios.
Los voluntarios pudieron ver como un delfín quedaba enredado en la red preso del pánico hasta que un cazador vestido de neopreno en el agua le ataba un cabo alrededor de su cola y lo entregaba a un cazador a bordo de una de las embarcaciones. El indefenso delfín siguió luchando desesperadamente mientras era arrastrado bajo los lonas donde se encontraria frente a frente con la muerte.
Poco después, las embarcaciones salían de la cala con todos los cuerpos amontondados, muertos o moribundos, y cubiertos por una lona gris.
Hoy ha sido aniquilada otra manada de delfines. Esas almas libres y salvajes que apenas unas horas habían sido ajenas a la maldad humana en este pueblo infame, son ahora meros trozos de carne para el consumo humano.
Pero cada una de esas vidas que hoy nos han sido arrebatadas para siempre era un individuo con una personalidad distinta, un ser vivo que quería vivir y un individuo vital para la salud de nuestros océanos y su biodiversidad.
La organización Sea Shepherd se retiró hace dos años de la campaña que inició en Taiji en 2010 con el fin de exponer la crueldad de estas matanzas al mundo. Ahora, el lema “ojos que no ven, corazón que no siente” cobra más sentido que nunca. Estas muertes no cubrirán ningún titular en ningún periódico, ni siquiera online. Ninguna organización, salvo el Dolphin Project, hablará de ellas. De no ser por los compasivos voluntarios del Dolphin Project, ahora los delfines estarían muriendo de espaldas al mundo y nadie sabría lo que está ocurriendo a diario en este infierno en la tierra tanto para los delfines como para la humanidad de los que depende.
No permitas que el mundo olvide a los delfines de Taiji. Conviértete en un activista retransmitiendo cada muerte. Cada persona que consigas que sepa lo que ocurre en Taiji, se convierte en un defensor más para los delfines.
Cada muerte es un océano más enfermo y más triste.
Los delfines nos están pidiendo ayuda. Por favor, conviérte en la voz que ellos no tienen: ¡ÚNETE!
