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Aumenta la inquietud ante la degradación de los bosques de mangles en Nigeria

Alarmados por las amenazas que el desarrollo urbano y la industria está teniendo en los bosques de mangles, destacados ambientalistas nigerianos instan a las autoridades a hacer cumplir las leyes y normas que protegen estos ecosistemas de la extinción.

Los manglares están formados por árboles muy tolerantes a las sales existentes en las zonas intermareales cercanas a la desembocadura de cursos de agua dulce en latitudes tropicales y subtropicales. Entre estas áreas se incluyen estuarios y zonas costeras.

Los manglares desempeñan un importante papel como fuente de recursos insustituibles para muchas poblaciones campesinas en los trópicos. Esto es particularmente crítico en aquellas regiones en donde las áreas terrestres adyacentes a los manglares son predominantemente áridas, v. gr., delta del Níger. Son importantes lugares de reproducción para multitud de especies de peces, bígaros y otros recursos que ayudan a los sustentos rurales. También actúan como importante sumidero de dióxido de carbono, ayudando a la supervivencia de la biodiversidad.

Los expertos hablaron en el “Primer Dia Internacional para la Conservación del Ecosistema de Manglares de Nigeria”, organizado por Mangrove Expo y la organización sin ánimo de lucro Nigerian Conservation Foundation (NCF) que trabaja para preservar los recursos naturales y la biodiversidad de Nigeria.

Expresando su preocupación, el Director Ejecutivo de Eco-Restoration Foundation, Prince David Omaghomi, dijo que las amenazas para los ecosistemas de manglares vienen provocadas por fuentes naturales y antropogénicas entre las que se incluyen las operaciones legales e ilegales de crudo y gas, el impacto del cambio climático, la infestación por cirrípedos y el desecamiento de los árboles de manglar. Otras fuentes, señala, también son el pastoreo de ganado, el desarrollo urbanístico, la recuperación de tierra para la agricultura y las operaciones de piscicultura y la tala para productos derivados de la madera.

Según informan, el método actual que tienen las fuerzas de seguridad nigerianas para destruir las refinerías ilegales ha estado destruyendo el ecosistema de manglares y el medio ambiente en todo su conjunto.

Añade también que este método supone la mayor destrucción de manglares del mundo y recomienda a los operadores petrolíferos a emprender acciones drásticas de conservación, restauración y protección de manglares.

“Los nigerianos tenemos que desarrollar empatía por el uso sostenible de estos ecosistemas.

“Tenemos el mayor bosque de mangles de África y el tercer mayor bosque del mundo, extendiéndose entre Bagadry a Calabar y abarcando un área total de 10.000 kilómetros cuadrados a lo largo de la costa.

“Las actividades de las compañías petroleras han provocado la degradación de los bosques de mangles,” dice.

La industria petrolera está situada principalmente en los bosques de manglares y sus actividades han provocado la fragmentación, deforestación y degradación de gran parte de este ecosistema. Por ejemplo, solo Shell Petroleum Development ha tirado más de 120.000 km de líneas sísmicas y creado una devastación (aun por determinar) resultado de las actividades de dragado en los bosques de mangles. Todavía tiene que estimarse también el impacto de compañías petroleras como Mobil, Elf, Agip, Chevron.

Cuando se explotan áreas por el motivo que sea, por ejemplo la tala para dar cabida a la agricultura, el desarrollo de infraestructuras o prospecciones mineras (actividades sísmicas), el resultado es la deforestación. Cuando eso ocurre, la fauna silvestre queda desprotegida y se ve obligada a desplazarse, pudiendo quedar expuesta a depredadores o resultar herida por la maquinaria.

En todo el mundo, los bosques de mangles están desapareciendo a un ritmo alarmante. En torno a un 35 por ciento de los bosques de mangles del mundo ya ha desaparecido, pero esa situación es todavía más alarmente en Nigeria como resultado de los incesantes derrames de crudo de las compañías petroleras y el vertido incontrolado de aguas residuales.

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